Reino Unido ha perdido 53.000 camioneros en los últimos cuatro años, una situación que se ha exacerbado tras el Brexit y que ha provocado el cierre de algunas gasolineras del país, según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS, por sus siglas en inglés).
Los análisis realizados por ONS muestran una caída del 17% en el número de este tipo de conductores de vehículos de transporte de carga. Entre 2016 y 2017 había unos 321.000 camioneros en el país, mientras que en junio esta cifra giraba en torno a los 268.000. La industria incluso considera que el descenso ha sido mayor.
La ONS ha señalado en un informe que el problema se debe, en gran medida, a una escasez de conductores procedentes de la UE tras el Brexit, así como la media de edad de estos trabajadores, que es alta. Actualmente hay casi un 29% menos de camioneros con edades comprendidas entre los 46 y 52 años, mientras que prácticamente un tercio de ellos tiene más de 56 años. Menos de un 20% tienen entre 19 y 35 años.
Los números muestran además el impacto de la pandemia de coronavirus en la cifra de conductores procedentes de la UE, lo que supone una caída del 30% desde 2017. El descenso se ha producido en mayor medida durante los últimos dos años.
A principios de octubre, el primer ministro, Boris Johnson, desvinculó la situación migratoria de la falta de transportistas de combustible ante las críticas que apuntan al éxodo de trabajadores extranjeros de Reino Unido.
"El camino a seguir para nuestro país no es simplemente tirar de la gran palanca marcada como 'inmigración'", explicó entonces, antes de asegurar que "lo que estamos viendo es el efecto de la tensión de la economía de Reino Unido causada por ser el grupo de países industrializados de más rápido crecimiento del G-7".
La situación crítica ha llevado ahora mismo al Gobierno a tomar medidas extraordinarias y conceder el visado temporal a aquellos camioneros de la UE que deseen seguir trabajando en el país y poder así hacer frente a la escasez de conductores, una oferta que muchos camioneros españoles han rechazado.