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El aeropuerto "sin aviones" de Castellón sigue a Teruel y se reconvierte en taller

Pese a la reconversión del aeropuerto, el despilfarro y la baja rentabilidad que supuso siguen lastrando su actividad, con 5 millones de pérdidas.

Pese a la reconversión del aeropuerto, el despilfarro y la baja rentabilidad que supuso siguen lastrando su actividad, con 5 millones de pérdidas.
Aviones estacionados en el Aeropuerto de Castellón | Europa Press

El aeropuerto de Castellón costó 176 millones de euros, según un informe regional, y fue popularmente conocido como "el aeropuerto sin aviones", además de ser una de las infraestructuras que mejor representaban el despilfarro de dinero público que se realizó durante la década pasada. Pero no solo esto, sino que el mismo informe también revela que la deuda en 2016 ascendía a 190 millones de euros. Ahora, diez años después de su construcción, esta base aérea está teniendo una segunda vida y sí hay aviones.

La pandemia ha hecho que este aeropuerto se convirtiera en un parking de aviones muy reclamado en toda Europa. De hecho, llegó a tener más de 50 aeronaves aparcadas en sus pistas, siendo el cuarto aeropuerto con mayor número de estacionamientos en España por detrás de Barajas, Ciudad Real y Teruel. Pero esta nueva vida se debe a que, desde hace tres años, se ha llevado a cabo una renovación de la infraestructura para enfocarla a un uso de mantenimiento y desmantelamiento de aviones. Algo así como un taller, siguiendo el exitoso modelo del aeropuerto de Teruel.

El principal espaldarazo al aeropuerto castellonense ha llegado con la llegada de dos importantes compañías del sector, como Brok-Air y eCube. Ambas se dedican al mantenimiento, desmantelamiento, reparación y arreglo de piezas. Unos servicios cada vez más demandados por las aerolíneas debido al parón que vivieron el año pasado que han hecho que muchas de las naves necesiten una revisión, al estar paradas mucho más tiempo del habitual.

Lo cierto es que el aeropuerto de Castellón está tratando de limpiar las cuentas y convertirse en una infraestructura rentable, ya que el coste de tener aparcado a un avión en este aeródromo se encuentra entre 800.000 euros y 1 millón de euros cada mes. Sin embargo, pese a la gestión que está desarrollando Aerocas, el déficit sigue siendo importante. La empresa multiplicó sus ingresos hasta los 800.000 euros, pero las pérdidas fueron de 5,9 millones.

Aun así, la intención de la Generalidad Valenciana es seguir en la senda de la renovación del aeropuerto. De hecho, el objetivo próximo será ampliar en 2,5 millones de metros cuadrados muy cercanos a la pista para desarrollar un polo industrial vinculado al sector.

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