La situación energética en Europa está generando grandes necesidades, y también paradojas. Y es que, mientras se han disparado los derechos de emisión de CO2 –una tasa impuesta desde Bruselas para las empresas "contaminantes"– España se tiene que encomendar a una central térmica para poder afrontar el aumento de la demanda de energía con la llegada del invierno. El carbón es uno de los más perjudicados por esos derechos de emisión de CO2.
Se trata de la mayor planta de carbón de nuestro país, situada en As Pontes de García Rodríguez (Coruña), y cuya vida útil terminó el pasado 30 de junio. Sin embargo, la jubilación de la central ha durado bien poco.
Según informan fuentes de la planta a Libre Mercado, As Pontes todavía tiene plena capacidad operativa, ya que su cierre definitivo todavía no se ha llevado a cabo, aunque está previsto para final de año. "La central tiene capacidad de funcionamiento, pero está parada cuando no es rentable" debido a los precios del mercado y a los altos costes de los derechos de emisión de CO2. Es decir, "no se ha reabierto nada", cuando el carbón puede entrar en la subasta o cuando hay riesgo de falta de suministro, el carbón entra en escena. Por ejemplo, la última vez que se activó fue el pasado mes de julio y también en enero, en pleno temporal de Filomena.
Endesa ya está preparando la central para en las próximas semanas, lo que servirá para evitar problemas de suministro en España. Así, la compañía eléctrica ya ha hecho un pedido de 85.000 toneladas de carbón extranjero, debido a que las minas españolas se han ido cerrando en los últimos años para cumplir con los objetivos marcados desde Bruselas, que no son otros que llegar a las 0 emisiones en el año 2050.
Ahora, la necesidad apremia y el medioambiente parece haber quedado en un segundo plano o, quizás se ha evidenciado la necesidad de apostar por otras fuentes de energía menos contaminantes, como la nuclear, ya que las renovables no son capaces todavía de abastecer al mercado.
Pero la central de As Pontes podría no ser la única que servirá para poder afrontar la actual situación energética que atraviesa España. A principios de año, Endesa también reabrió la planta de Carboneras en Almería para cubrir la demanda por Filomena. De esta manera, se seguiría el mismo modus operandi que se está llevando a cabo tanto en China como en Alemania –otro país contrario a las nucleares–, que se han visto obligados a abrir de urgencia las plantas de carbón para afrontar la llegada del invierno.