Mientras España sigue endureciendo la fiscalidad de las empresas, en el resto de Europa se observa la tendencia inversa. Es la principal conclusión que se deriva de un estudio publicado por la Tax Foundation de Estados Unidos en el que se analizan los tipos de referencia del Impuesto de Sociedades en el Viejo Continente, considerando sus cambios entre 2018 y 2021.
El tipo medio exigido en este gravamen alcanzaba en 2018 el 22,8%. En cambio, el último dato disponible para 2021 es inferior en un punto porcentual, situándose en el 21,8%. Por lo tanto, las medidas anunciadas por el gobierno de España, que pretenden elevar la fiscalidad de las empresas, chocan con lo que está pasando en el resto de Europa.
Ese el caso de Bélgica, que mantenía un tipo del 34% en el Impuesto de Sociedades, pero en 2018 lo recortó al 29,6% y en 2020 aprobó un nuevo recorte hasta el 25%. Además, se ha introducido un tipo reducido del 20% que se aplica a los primeros 100.000 euros de facturación declarados por las pymes.
Nuestra vecina Francia también se ha movido en esta dirección. Hasta 2017, el tipo combinado de Sociedades alcanzaba el 44,4%, merced a un recargo de 10,7 puntos que se aplicaba a todo negocio con más de 250 millones de facturación anual. Desde 2018, esta "cuña" quedó eliminada, situando el nuevo tipo de referencia en el 34,4%. De 2019 a 2021 se han aprobado nuevas reducciones, que han dejado dicho umbral en el 28,41%. En 2022 está prevista otra rebaja, esta vez hasta el 25,8%.
Grecia, que durante muchos años ha sido el país europeo con menos libertad económica, ha empezado a mover ficha recientemente. En 2019 optó por recortar un punto su Impuesto de Sociedades, llevándolo del 29% al 28%. Entre 2020 y 2021 ha vuelto a abordar una mejora de dicho gravamen, que ahora está en el 24%.
Luxemburgo, todo un referente en materia de libertad económica, tampoco ha querido quedarse atrás y, durante los últimos años, ha reducido su Impuesto de Sociedades. Mientras que en 2017 alcanzaba el 27,1%, en 2018 se redujo al 26%, en 2019 se recortó al 25% y en 2020 se redujo simbólicamente, hasta el 24,9%. Están previstas nuevas mejoras a partir de 2022.
Otro bastión del capitalismo, Suiza, ha recortado el Impuesto de Sociedades del 21,1% al 19,7%. Aunque el gravamen común a todos los cantones se mantiene constante, en un 8,5%, se han aprobado numerosas mejoras en las distintas subdivisiones territoriales del país helvético, contribuyendo a apuntalar la citada rebaja de la fiscalidad empresarial.
En las economías del Norte de Europa, históricamente asociadas con políticas de corte socialdemócrata, el liberalismo sigue abriéndose paso. En línea con las reformas aperturistas de las últimas tres décadas, Noruega ha reducido su Impuesto de Sociedades, que ha pasado del 24% al 22% en los últimos años, mientras que Suecia ha hecho algo parecido, llevando dicho tributo del 22% al 20,6%.
De modo que, con independencia del partido que gobierna en todos estos países, hay un patrón muy marcado: el Impuesto de Sociedades no solo no está subiendo, sino que está siendo recortado de forma progresiva. Todo lo contrario de lo que defiende el gobierno de PSOE y Podemos en España.