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Diego Barceló Larran

La cooficialidad del bable, el remate final para la calamitosa economía asturiana

La relación entre los creadores de riqueza en Asturias y los vividores del presupuesto público explica la pobreza

La relación entre los creadores de riqueza en Asturias y los vividores del presupuesto público explica la pobreza
Ayuntamiento de Oviedo | Alamy

El mensaje del presidente del Principado, Adrián Barbón, con motivo del Día de Asturias, es un excelente ejemplo de cómo los políticos viven una realidad paralela. Una realidad paralela y cómoda, fruto de una buena nómina y una estabilidad laboral, financiadas con los impuestos de personas que no tienen estabilidad laboral y, muchas veces, ni siquiera nómina.

Asturias es la región que pierde más población: un 4,3% desde el año 2000 (mientras, en España, la población creció 16%, y en Madrid, Murcia, Cataluña y Comunidad Valenciana, más de 20%). A eso, Barbón le llama "reto demográfico". En realidad, es la respuesta lógica de mucha gente a la decadencia que las políticas socialistas han impuesto a Asturias. No hay "reto demográfico" en Madrid, ni en Londres, ni en Nueva York, donde muchos se sienten atraídos. En verdad, tampoco hay "reto demográfico" en Asturias: lo que hay es un socialismo empobrecedor. Lo mismo que en Venezuela, pero en dosis más bajas.

Habla Barbón, llegando a la irreverencia, de las personas que "se han tenido que ir de Asturias para encontrar un puesto de trabajo". ¿Se ha preguntado el presidente por qué se han tenido que ir de Asturias a encontrar un puesto de trabajo? Se han tenido que ir porque Asturias es la autonomía cuyo PIB peor ha evolucionado. De los últimos 19 años anteriores a la pandemia, en 18, el PIB asturiano avanzó menos (o cayó más) que la media nacional. El crecimiento medio anual del PIB asturiano entre 2010 y 2019 fue 0%. En igual período, Madrid y Baleares avanzaron un 1,8% anual y Murcia, un 1,5%. Todas las demás autonomías también se expandieron.

La peor evolución del PIB asturiano es la consecuencia a las políticas socialistas. Una presión tributaria asfixiante, uno de los Impuestos sobre Sucesiones más caros de Europa, una norma de horarios comerciales propia de otra época y trabas a cualquier cosa que permita crear riqueza —desde pisos turísticos hasta proyectos para explotar gas con el método de fracking—.

Gracias al socialismo empobrecedor, el empleo privado es ahora en el Principado un 1% inferior a lo que era en 2002 (sí, hace 19 años). En el mismo lapso, el empleo privado en toda España creció 14,5%. Lo increíble (o no) es que el empleo público en Asturias aumentó un 32%. La relación entre creadores de riqueza y vividores del presupuesto público evoluciona peor en Asturias que la relación entre pensionistas y afiliados a la Seguridad Social.

Mostrando que está fuera de la realidad, ante estos datos, Barbón dijo en su mensaje que "la modernización de Asturias está en marcha y no se puede parar". Si hubiera reemplazado la palabra "modernización" por "deuda pública", la frase habría sido certera. En esos mismos años en que el PIB regional no creció, la deuda pública asturiana lo hizo a un ritmo medio del 11% anual (mayor, por otra parte, al aumento promedio de la deuda del conjunto de autonomías).

Aun así, Barbón parece dispuesto a terminar la tarea de demolición económica y social del Principado. Ha anunciado la reforma del Estatuto de Autonomía para incorporar la cooficialidad del bable normalizado. Una forma de multiplicar el número de vividores de lo público (profesores, traductores, "certificadores de nivel" y una nueva miríada de subvencionados para promover la "llingua"). Si en cualquier autonomía, la promoción de una lengua regional es ruinosa e innecesaria, hacerlo en la región cuya economía peor evoluciona es, simplemente, el golpe final. También será perjudicial en lo cultural: lo que se quiere hacer cooficial es una "llingua" de laboratorio, y no alguno de los varios bables que aún se oyen en rincones de Asturias, que serán arrasados.

Como prueba de que al mensaje de Barbón no le faltó nada, mientras llamó a celebrar el Día de Asturias "por encima de ideologías o cualquier diferencia que podamos imaginar", solo tendrá contacto con "los grupos parlamentarios que creen en el Estado autonómico". Una forma de marginar a VOX, aunque detrás de las cámaras, como se ha podido ver en alguna ocasión, no tenga problema en echarse unas risas con quienes acusa falsamente de "extrema derecha".

Diego Barceló Larran es director de Barceló & asociados (@diebarcelo)

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