En clave económica, la desigualdad se ha convertido en el tema estrella de la izquierda política y mediática española. Sin embargo, el último informe elaborado por el Instituto de Estudios Económicos en colaboración con la consultora Freemarket CI ha concluido que, más allá de la propaganda, la desigualdad existente en España "no es especialmente acusada, más bien al contrario".
Las mediciones referidas a esta cuestión abordan tres grandes frentes: la riqueza, la renta y el consumo. En lo referido a la desigualdad de riqueza, su valor es de 0,68 puntos en el Índice de Gini, dos puntos por debajo de la media de la Eurozona. De hecho, nuestra nota es claramente inferior a los países nórdicos, a menudo considerados como paradigmas del igualitarismo (Suecia se anota 0,81 puntos y Dinamarca obtiene un resultado de 0,79). Si nos fijamos en la desigualdad de renta, una vez ajustamos los datos brutos para considerar las rentas en especie (alquileres imputados, servicios sanitarios/educativos/etc. y otras prestaciones), vemos que España está en niveles muy similares a la media europea. Y, en cuanto a la desigualdad de consumo, lo cierto es que nuestro país figura entre los países más igualitarios del mundo.
Además, si tenemos en cuenta la movilidad social, podemos ver que España es uno de los países de la OCDE con más igualdad de oportunidades. Esto significa que la probabilidad de "ascender" o "descender" en la escala salarial es más alta en nuestro caso que en otros mercados del mundo desarrollado. De modo que no solo estamos mal en los indicadores de desigualdad, sino que esa desigualdad no es, en absoluto, rígida, sino que va cambiando con el tiempo.
Por otra parte, si estudiamos la evolución de la desigualdad, podemos ver que aumentó bajo gobierno de José María Aznar, subió con fuerza en los años de Rodríguez Zapatero y volvió a estabilizarse durante la Administración de Mariano Rajoy, para crecer otra vez con Pedro Sánchez. Así, aunque la izquierda política y mediática insiste en hacer de este uno de sus temas de cabecera, lo cierto es que este indicador ha mejorado en los años de gobierno de la derecha y se ha deteriorado en tiempos de gestión socialista.
Correlación cercana al 90%
Pero, por si no fuese suficiente, el nuevo estudio que ha presentado el IEE demuestra que, si la desigualdad es lo que más nos preocupa, entonces tenemos que abordar directamente una reforma del mercado de trabajo, puesto que existe una correlación cercana al 90% entre el deterioro de los indicadores de desigualdad de renta y la evolución de las mediciones de la tasa de paro.
En 2015, la OCDE apuntó que la correlación entre estas dos variables alcanzaba el 75%. Un año después, Rafael Doménech situó este indicador en torno al 80%, mientras que Gisbert Goerlich lo valoró en un 75%. Pues bien, ampliando el cálculo hasta el pasado ejercicio, el IEE encuentra que el coeficiente de correlación entre el Índice de Gini de desigualdad salarial y la tasa de paro existente en España alcanza el 86%.
Por todo lo anterior, el IEE subraya que la cuestión de la desigualdad salarial no está tan ligada a la retribución como al acceso al empleo. Por eso, el think tank recalca que son las políticas tendentes a favorecer la creación de nuevos puestos de trabajo las que más contribuyen a reducir los indicadores de desigualdad. De igual modo, el estudio insiste en que golpear fiscal o regulatoriamente a las empresas tiene un efecto muy negativo en la desigualdad, porque perjudica de manera directa la posibilidad de generación de empleo por parte de los empleadores.