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Sergio Brabezo

Los golpes del SMI

Recordando las palabras de Milton Friedman, "uno de los más grandes errores es juzgar a las políticas y programas por sus intenciones, en lugar de por sus resultados".

Recordando las palabras de Milton Friedman, "uno de los más grandes errores es juzgar a las políticas y programas por sus intenciones, en lugar de por sus resultados".
Yolanda Díaz, ministra de Trabajo | Alamy

¿Qué tienen en común Austria, Finlandia o Dinamarca? Carecen de SMI, tienen unas tasas más bajas de paro de Europa y el salario medio es de los más altos del viejo continente. Sin embargo, la izquierda española solo se fija en la forma y no en el fondo de los problemas, por eso cree que los salarios se pueden aumentar por ley. Si eso fuera cierto, Zambia podría tener un salario medio más alto de todo el mundo si así lo decidieran sus dirigentes. Recordando las palabras de Milton Friedman, "uno de los más grandes errores es juzgar a las políticas y programas por sus intenciones, en lugar de por sus resultados". Señalaré cinco golpes que provoca que aumentar el salario mínimo interprofesional y que la izquierda no te cuenta:

1. Barrera de entrada a trabajadores sin experiencia o formación. Los salarios en España son bajos porque hay una falta de productividad en nuestro país, pero sobre todo porque tenemos unos altos impuestos al trabajo. Por ejemplo, si a un trabajador le llegan 1000 euros a su cuenta corriente después de un mes de trabajo, el empresario ha tenido que pagar 1.600 euros. Por lo tanto, el trabajador debe ser altamente productivo para que pueda ser rentable para la empresa. En el país con la tasa de desempleo juvenil más alta de Europa, esto supondría un mazazo a muchos jóvenes que tendrán que seguir siendo dependientes o emigrar. Ambas opciones nefastas para España.

2. Daña a los más pequeños y favorece a los más fuertes. ¿Dónde se concentran las empresas más rentables y con mayores salarios? En Madrid y Barcelona. Es decir, aumentar el SMI dañará a las regiones que tienen una productividad más baja y que no pueden pagar salarios tan competitivos como los que se generan en la capital. Por lo tanto, las empresas más pequeñas perderán capacidad de contratación e incluso pueden llegar a perder trabajadores. En consecuencia, el aumento del salario por ley expulsará los trabajares más rentables de las regiones menos productivas hacia las comunidades salarialmente más competitivas.

3. Daña la capacidad de compra de los salarios. En la izquierda no entienden que no importa el número de ceros que tenga el salario, sino que lo importante es la capacidad de compra del mismo. Recordemos que España ha aumentado un 47% el salario mínimo desde el 2015 mientras que Alemania lo ha hecho un 18% desde el mismo año. Un aumento de salarial tan radical en tan poco tiempo aumentará los costes empresariales. Por lo tanto, esos costes se trasladarán al precio de venta al público de productos y servicios finales. Tal y como estamos viendo en la economía española, aumenta el salario mínimo 15 euros pero la factura de la luz aumenta un 200%.

4. Genera graves distorsiones salariales. Como decía, elevar el salario deja fuera del mercado a los trabajadores menos productivos. Pero no solo eso, además, ese límite también creará un salario máximo, ya que el SMI será un referente salarial intersectorial y todos los esfuerzos salariales que las empresas puedan hacer serán destinadas para pagar el SMI en vez de aumentar el salario de los más productivos.

5. Más perjuicio para los autónomos. Será la enésima vez que este Gobierno ningunee a los verdaderos generadores de productividad y empleo en este país. Mientras los trabajadores por cuenta ajena tienen un cada vez un más elevado SMI, los autónomos sí podrán pasar el mes con menos de ese salario mínimo. Es decir, a los autónomos que les den. Según este Gobierno, ellos sí pueden vivir con un salario de 800 euros después de impuestos. Si después de tanto agravio y menosprecio queda algún autónomo dispuesto a votar a este Gobierno, preséntenmelo.

En conclusión, el Estado que no puede generar empleo, pero sí puede destruirlo, y un aumento del SMI generalizado y sostenido en el tiempo puede dañar la economía española en diferentes ámbitos. Entonces, ¿cómo crecen los salarios reales? Cuando hay una alta productividad de las empresas, estas aumentan los salarios. Pero ¿qué podemos hacer para aumentar los salarios de los trabajadores y evitar un aumento de costes empresariales? Rebajar los impuestos al trabajo, que, recordemos, están por encima de la media de la OCDE cuando sumamos IRPF y cotizaciones a la Seguridad Social. La izquierda debe entender que los impuestos son el enemigo del empleo y de los trabajadores con menor salario pero la izquierda sin pobreza pierde discurso y visibilidad política.

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