La Comunidad de Madrid está a punto de dar luz verde a la mayor bajada del IRPF en la historia de la región. En 2022, todos los madrileños con una nómina se verán beneficiados de un alivio fiscal de medio punto en cada tramo del IRPF. Ya en 2023, con la declaración de la renta, será cuando noten la rebaja autonómica del impuesto estrella de Hacienda en sus bolsillos. El consejero de Economía, Hacienda y Empleo de la Comunidad de Madrid, Javier Fernández-Lasquetty, comanda una medida que va a permitir a los contribuyentes ahorrarse 300 millones de euros en impuestos.
Recientemente, siguiendo la estrategia de impuestos bajos y simplificación burocrática que abandera Isabel Díaz Ayuso, el gobierno regional también ha aprobado la eliminación de todos sus impuestos propios. Aunque Madrid sólo tenía tres de estos tributos en vigor, los impuestos propios forman una maraña tributaria sin sentido que reporta pingües beneficios a algunas CCAA. En una entrevista con Libre Mercado, el consejero autonómico se compromete a mantener a 0 el contador de estos impuestos... para siempre.
Pregunta: María Jesús Montero ha calificado de populismo fiscal la decisión de eliminar los impuestos propios de la región porque recaudan poco, ¿qué le parece?
Respuesta: Populismo fiscal es quitarle el dinero a los demás para hacer con él lo que tú quieres. Una cosa es financiar los servicios públicos y otra cosa es cualquier otra idea que se le pase por la cabeza a Pedro Sánchez. Lo que hemos hecho con los impuestos propios es una medida de más calado del que se quieren dar cuenta todos estos socialistas. Eso sí, Madrid tenía tres de estos impuestos propios y Cataluña quince, por los que recauda 600 millones de euros, porque a cada cosa que ven que se mueve le ponen un impuesto.
El sentido profundo de la medida es que los suprimimos todos: los actuales y los que se nos pudieran ocurrir crear en los próximos años. Dicho de otro modo, decimos que usted que tiene una empresa o está pensando en invertir, esté tranquilo porque a la Comunidad de Madrid no se le va a ocurrir crear un impuesto para lo que usted está haciendo.
Uno de los impuestos que vamos a suprimir es el de las máquinas tragaperras, que se creó en el año 2000 para los establecimientos de hostelería. Recaudaba dos millones de euros, que es una cantidad muy poco relevante en los términos de la Comunidad de Madrid, pero para cada dueño de cada bar era un dinero muy importante todos los años. Hay que vender muchos cafés para sacarlo.
P: Madrid es la que más recauda de España en el IRPF, más de 1.000 millones por encima de Cataluña, teniendo los tramos más bajos del IRPF. ¿Hay efecto Laffer aquí?
R: Efectivamente. Para una renta media de 32.000 euros en Madrid resulta que en Valencia tendrían que pagar 300 euros más. Cada una de las personas de Madrid ha decidido qué hacer con esos 300 euros: si los ahorraba o los invertía. Eso genera mayores bases fiscales, más personas contribuyendo y tiene un efecto muy importante sobre la economía sumergida, donde la media de España es del 25% y Madrid tiene un 15% porque hay menos incentivos para el no cumplimiento fiscal.
Y ojo, los impuestos de Madrid no son bajos, lo que sí son los más bajos de toda España, y más que los vamos a bajar. En Cataluña están realmente maltratadas las personas que tienen una nómina, que reciben el palo fiscal más grande de toda España y eso, unido a la obsesión independentista, es lo que explica que les esté yendo comparativamente peor.
P: ¿Ya lo tienen todo preparado para llevar a cabo la rebaja del IRPF en Madrid? ¿Qué les falta?
R: Esta todo preparado. Falta la presentación del proyecto de ley en la Asamblea de Madrid, cosa que haremos durante este trimestre como se comprometió Ayuso, para que esté aprobado de manera que en el año 2022 ya los madrileños paguen medio punto menos en cada tramo. La mayor bajada de la historia. Los madrileños lo notarán en sus bolsillos en 2023 porque las retenciones las establece con alcance nacional el Gobierno de la Nación. Si de nosotros dependiera bajaríamos las retenciones, pero la Agencia Tributaria crea esa falsa ilusión fiscal de que te devuelve dinero en la declaración. Siendo medio punto en cada tramo, la bajada del impuesto será del 5,6% en las rentas más bajas y del 2,5% en las rentas más altas.
Además, yo estoy seguro de que la bajada no se verá acompañada por una caída de la recaudación y, si la vemos, será muy pequeña. La experiencia de Madrid es que todo ese dinero circulando, funcionando, invirtiéndose, gastándose o ahorrándose es un dinero que genera más crecimiento económico.
P: También quedan por rematar los Presupuestos. Van a ser las primeras cuentas de Ayuso. ¿Os está poniendo problemas Vox? ¿Se va a recortar gasto?
R: Estamos haciendo unos Presupuestos sensatos y no vamos a inflar más la burbuja de deuda pública en la que está metiendo Sánchez a España. Tenemos la comunidad con menos deuda pública de las de régimen común y lo vamos a seguir siendo. Sigue habiendo gasto por coronavirus: hasta el mes de julio llevamos gastados 1.200 millones de euros extra, exclusivamente covid, que son fundamentalmente por el personal adicional que tenemos contratado en el sistema sanitario y el educativo, que van a continuar.
Volviendo a los Presupuestos del año que viene, en estos momentos estamos en la fase de elaboración y en esas conversaciones amistosas, que requieren de cierta negociación con la Consejería de Hacienda para adecuar las cosas a las prioridades de la Comunidad y a la realidad de las necesidades que vamos a tener el año que viene.
Cuando tengamos terminado ese borrador, o ese anteproyecto, será cuando nos pongamos a negociar con Vox. De momento, yo tuve una conversación con Rocío Monasterio en el mes de julio en la que no entramos en ninguna negociación. Yo le quería contar que comenzábamos con la elaboración de los Presupuestos, el marco de ingresos que íbamos a tener y los plazos. Quedamos emplazados a tener ese borrador ya listo en otoño y sería cuando nos sentaríamos y empezaríamos a negociar. Lo que yo le puedo asegurar es que en nuestro equipo vamos a hacer todo lo que esté en nuestra mano para llegar a un acuerdo que, espero y deseo, se pueda conseguir.