El gobierno italiano que encabeza el expresidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, acaba de hacer público su plan para impulsar una reforma tributaria que permita "bajar los impuestos" e "impulsar el crecimiento estructural". Aunque la producción transalpina avanzará casi un 6% en 2021, el Ejecutivo considera que esto es solamente un "rebote" tras la fuerte caída de 2020 (-8,9%) y, por ende, se plantea medidas de estímulo como la citada reducción impositiva.
Daniele Franco, titular de la cartera de Economía en la Administración Draghi, ha anunciado los planes del gobierno en el Foro Ambrosetti, una prestigiosa cumbre que se celebra anualmente en el Lago Como y que suele reunir a destacadas personalidades del mundo económico y financiero. Este año, Franco ha sido uno de los invitados estrella y su anuncio no ha decepcionado, puesto que durante su intervención se confirmó que los presupuestos para 2022 incluirán una reducción de los impuestos, tal y como avanzó Libre Mercado.
Las medidas de Draghi
Pero, ¿cómo se concretan estos planes? "La reforma tributaria se centrará en mitigar la presión fiscal y en rebajar el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas", declaró el ministro de Draghi durante su ponencia, para dejar claro que el principal objetivo del gobierno es reducir el IRPF.
De acuerdo con los documentos de trabajo que maneja el Ejecutivo, el tipo medio del IRPF es demasiado alto en el tramo de rentas medias y medias-altas, es decir, entre los 28.000 y los 55.000 euros de ingresos anual bruto. Por tanto, se espera que las mejoras lleguen principalmente por esta vía, puesto que quienes tienen estos ingresos están pagando anualmente alrededor de un 38% de IRPF, pero podrían pasar a un escalón inferior, del 27%.
De igual modo, Franco ha asegurado que la meta última de Draghi es que "la carga tributaria sea lo más favorable posible para el crecimiento a medio y largo plazo". Para lograrlo, se plantea también una reducción de las cotizaciones sociales, cuyo peso sobre el coste laboral ronda el 40%.
Igualmente, se anticipa una simplificación y redefinición del IVA, así como un nuevo mecanismo para la resolución de deudas fiscales que permita reducir las deudas de miles de contribuyentes con la Hacienda italiana.
Fin de los microimpuestos
El Comité de Finanzas de la Cámara y del Senado ha desarrollado un informe para la reforma tributaria en el que se defiende abiertamente la "eliminación de los impuestos que aportan al Estado una recaudación anecdótica pero que convierten la gestión de las finanzas públicas en una de las más complicadas de Europa". Draghi también se plantea esta mejora, que implicaría la abolición de tributos muy variopintos: tasas de basuras, impuestos regionales de hidrocrarburos, gravámenes sobre la expedición de títulos, visado de grandes máquinas, impuesto de espectáculos, tributos especiales sobre la aviación, impuesto sobre la recogida de setas...
Hay, como es evidente, un claro paralelismo entre estas pretensiones y la mejora que ya ha anunciado Isabel Díaz Ayuso en Madrid, con la eliminación de los impuestos autonómicos. En el caso italiano, el Observatorio de Cuentas Públicas de la Universidad Católica cree que se permitiría una rebaja de 685 millones, a la que se sumaría el fin de numerosas distorsiones y burocracia asociada a estos tributos.
Alabanzas internacionales
Esta misma semana, Financial Times destacó el buen rumbo de la economía italiana bajo la gestión de Draghi, quien además exhibe buenos datos en clave sanitaria y acaba de sacar adelante una reforma de la justicia penal. La cabecera salmón también asoció la popularidad del actual gabinete con el optimismo que han generado los triunfos de los representantes italianos en competiciones deportivas como los Juegos Olímpicos y la Eurocopa o en eventos como el Festival de Eurovision.
Pero, más allá no está claro cuánto tiempo seguirá en el poder el actual primer ministro, especialmente porque ya hay rumores de que, en medio año, podría plantear su paso a la presidencia de la República, sustituyendo a Sergio Mattarella. Por otro lado, a mediados de 2023 está prevista la celebración de elecciones generales y, hasta la fecha, Draghi no ha configurado ningún movimiento político, cosa que por otro lado no es de extrañar, ya que hablamos de un presidente y de un gobierno de corte tecnocrático.