El paro baja, en términos mensuales, en 82.583 personas. En términos desestacionalizados baja en 149.203 personas, al eliminar los efectos estacionales. Así, el número total de parados registrados se sitúa en los 3.333.915, según los datos de ayer jueves.
El Ministerio de Trabajo trata de emplear este dato como un buen dato, pero si lo analizamos en profundidad no lo es:
- Especialmente, porque se produce destrucción de empleo, al bajar los afiliados a la Seguridad Social en 118.004 afiliados.
- Eso quiere decir que el descenso del paro se debe exclusivamente a personas que han dejado de buscar trabajo, es decir, a una disminución del número de activos.
- Desde el momento anterior a la pandemia (febrero de 2020), el paro registrado ha aumentado en 87.868 parados más.
- Hay 277.905 personas en ERTE, en media, que cada día que pasa es más difícil que salgan de dicha situación, de manera que va convirtiéndose en un dato estructural.
- En cuanto a los contratos, aunque suben un 25,83% interanual en el mes (288.900 contratos más), se ralentiza el número de nuevos contratos respecto a meses anteriores (alrededor de 13.000 menos que en julio).
- Esa subida se debe al nivel tan bajo que dejó el verano de 2020, y es mero efecto estadístico, pero ya es treinta puntos menor el aumento de contratos que el dato interanual de inicio de este verano.
- Aun así, la contratación acumulada en los ocho primeros meses del año solo sube menos, un 19,19% respecto al mismo período de 2020, con 1.910.570 contratos más, que, pese a comparar con un período de cierre total de la economía, como fue el primer semestre de 2020, se aplana más respecto del dato mensual.
- Los contratos indefinidos suben un 23,59% interanual en el mes, que se ralentiza respecto a meses anteriores, sin recuperar los niveles previos a la pandemia.
Donde queda de manifiesto más claramente que los datos no son tan buenos como el Gobierno mantiene es en la afiliación a la Seguridad Social, que baja en 118.004 afiliados en agosto en términos mensuales. Es decir, se produce destrucción de empleo.
Además, el último día del mes se perdieron 294.808 afiliados, la mayor pérdida del año en el último día del mes.
- Enero de 2021: -31.817.
- Febrero de 2021: -34.123.
- Marzo de 2021: -190.960.
- Abril de 2021: -140.443.
- Mayo de 2021: -114.430.
- Junio de 2021: -231.824.
- Julio de 2021: -94.917.
- Agosto de 2021: -294.808.
Del mismo modo, el número de empresas con código de cuenta a la Seguridad Social han descendido en 53.208 desde febrero de 2020.
Estas cifras serían más negativas si no fuese, como antes se ha señalado, por el efecto de los ERTE, que ortodoxamente, por criterio estadístico, no se contabilizan como paro registrado y se mantiene al trabajador dado de alta en la Seguridad Social, de manera que si dichas personas, que realmente no están trabajando y están cobrando una prestación por desempleo, en términos oficiales, se incluyesen en el número de parados y en los afiliados perdidos, nos encontraríamos con casi cuatro millones y medio de parados y con dieciocho millones y medio de afiliados.
Si bien es cierto que en agosto ha disminuido el número de quienes se encuentran en ERTE, este descenso no es suficientemente grande y consolida a casi 300.000 personas en una situación complicada, pues cada día que pasa se incrementa la probabilidad de que, desgraciadamente, no puedan recuperar su empleo. Este elemento dibuja la gravedad por la que atraviesa la economía nacional y el mercado laboral. Cada mes que pasa manteniendo tan duras restricciones, estas personas pierden posibilidades de poder reincorporarse, pues dependerá de cómo hayan aguantado sus empresas, cuando vemos que el cierre de las mismas sigue siendo intenso, hecho que no permite ser optimistas. Es más, se une la circunstancia con el anuncio de diversos ERE por parte de grandes compañías, que intensificarán el impacto negativo en el mercado laboral.
Adicionalmente, de esas 277.905 personas que se encuentran en ERTE (en media del mes), 67.683 proceden de la hostelería; 41.011 de los servicios de alojamiento; 40.537 del comercio; 13.686 de agencias de viajes y 11.997 de actividades de ocio.
Todas ellas actividades que pueden tardar mucho tiempo en recuperarse si se mantiene el actual ritmo de vacunación y, con ello, las duras restricciones existentes. Si estas actividades concentran el 62,94% de las actuales situaciones en ERTE, es preocupante que el horizonte de recuperación de la total normalidad se vea lejano y con una probabilidad cada vez más elevada después de que el verano no haya podido desarrollarse en condiciones completamente normales a efectos de campaña turística.
Como vemos, queda mucho recorrido y, lo que es más preocupante, no parece que se estén tomando medidas que permitan aprovechar de manera estructural el rebote coyuntural.