Golpe de Moody's a Perú. La agencia calificadora de riesgo ha rebajado la nota crediticia de los bonos soberanos del país que gobierna el comunista Pedro Castillo de A3 a Baa1 con "perspectiva estable". El motivo de esta degradación es el entorno político "polarizado y fracturado" que ha desatado Castillo en la nación.
Un comunicado de la agencia, con sede en Nueva York, detalló que ese entorno "ha aumentado el riesgo y la capacidad de formulación de políticas". Según Moodys, "las obligaciones con calificación Baa se consideran de grado intermedio y están sujetas a un riesgo crediticio moderado".
"Estas condiciones han afectado negativamente la confianza de los inversores y han socavado la resiliencia económica, que ha afectado negativamente en el mediano plazo la perspectiva crediticia de Perú", añadió.
Entre los riesgos para la gobernabilidad, eficacia política y credibilidad, Moody's señaló la falta de claridad sobre las políticas de administración, nombramientos controvertidos en el gabinete, tensiones entre los poderes Ejecutivo y Legislativo, así como las crecientes tensiones dentro del partido gobernante Perú Libre. En poco más de un mes en el Gobierno de Castillo varios integrantes del gabinete han sido duramente cuestionados por la oposición, y uno de ellos ya fue sustituido, por sus vínculos con el terrorismo y corrupción, mientras que uno segundo ha puesto su cargo a disposición del mandatario.
Por otro lado, la calificadora destacó que la actividad económica de Perú se ha recuperado "a buen ritmo" en la primera mitad del año, razón por la cual subió su pronóstico de crecimiento del PIB a 12%, desde un 9% inicial.
No obstante, las proyecciones de crecimiento para los años siguientes con Castillo al frente se han rebajado porque estima que "la inversión privada se mantenga deprimida", dado que el panorama político en desarrollo podría conducir a una reducción de la confianza empresarial.
Moody's no ha sido el único organismo en alertar de la espantada de inversores de Perú bajo el Gobierno del declarado marxista-leninista Castillo. Hace unas semanas lo hacía Barclays. Castillo se ha propuesto enterrar cualquier atisbo de capitalismo en su territorio y las consecuencias pueden ser desastrosas para su economía.