El Ministerio de Trabajo ha convocado a los sindicatos UGT y CCOO y las patronales CEOE y CEPYME a una reunión que tendrá lugar el miércoles 1 de septiembre. Durante la misma, se espera que Yolanda Díaz ponga encima de la mesa un nuevo aumento del salario mínimo, a pesar de que dicha rúbrica ha crecido con fuerza entre 2018 y 2020.
La CEOE ya ha hecho saber que no ve con buenos ojos la convocatoria de un "diálogo social entre comillas", dando a entender que el Ejecutivo seguirá sin escuchar sus advertencias sobre las consecuencias que tiene el aumento del coste laboral básico en la cuenta de resultados de las empresas y el funcionamiento del mercado de trabajo.
En clave económica, hay al menos tres razones de peso por las cuales una medida así debería ser abandonada de raíz, máxime en la actual coyuntura.
1. Distintas realidades, ¿mismos umbrales?
Desde la patronal recalcan que el SMI es un umbral homogéneo que se aplica en todo el país, a pesar de que hay provincias que llegan a tener tres veces más paro que otras. Lo mismo sucede cuando nos fijamos en los salarios, puesto que la renta media por persona medida en términos netos puede llegar a ser un 50% menor si comparamos a las regiones más prósperas con las menos ricas. En otros países, estas diferencias sí se toman en cuenta, al igual que sucede con otras variables como, por ejemplo, el sector económico. En cambio, en España hay "una única talla" para todos los trabajadores, con todo los que esto supone.
2. Nueve CCAA, por encima del 60%.
Es importante recalcar también que, aunque el objetivo que se ha marcado el gobierno es elevar el SMI hasta que alcance el 60% del salario medio, lo cierto es que ya hay nueve comunidades autónomas en las cuales dicho porcentaje se ha visto rebasado desde hace años. En Extremadura o Canarias, por ejemplo, el SMI supera el 65% del sueldo promedio.
3. Impacto en el empleo.
Además, no hay que olvidar que el Banco de España ya ha puesto encima de la mesa un demoledor informe en el que pone de manifiesto que el empleo se redujo en hasta 174.000 puestos de trabajo tras las subidas decretadas por el gobierno de Pedro Sánchez, afectando de forma especial a los grupos de trabajadores considerados más vulnerables. Por descontado, un nuevo aumento tendría otro inconveniente añadido: a saber, el hecho de que la situación del mercado laboral es muy precaria, tras la fuerte destrucción de empleo observada durante la pandemia del coronavirus.