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Las 4 razones por las que prohibir los toros en Gijón es un liberticidio ilegal y empobrecedor

La tiránica actitud de la alcaldesa Ana González, al desnudo.

La tiránica actitud de la alcaldesa Ana González, al desnudo.
Daniel Luque en la pasada Feria de Begoña, celebrada en Gijón | Circuitos Taurinos

La alcaldesa de Gijón, Ana González, ha anunciado que pondrá fin a la concesión que articula la organización anual de la Feria Taurina de Begoña. En un primer momento, la dirigente socialista afirmó que tomaba esta decisión tras un festejo celebrado el pasado fin de semana en el que se lidiaron dos toros llamados "Nigeriano" y "Feminista". Posteriormente, González declaró que ya tenía previsto tomar esta decisión durante la legislatura y que simplemente estaba adelantando uno o dos años el veto a la Fiesta Brava en el coso de El Bibio.

A continuación se recogen las cuatro razones por las que prohibir los toros en Gijón es un liberticidio ilegal y empobrecedor:

1. Una exhibición de ignorancia pura y dura.

La izquierda, en su obsesión identitaria, ve continuamente todo tipo de motivos para el agravio. Esta vez lo hace en el nombre de dos de los ejemplares de Daniel Ruiz que salieron al ruedo durante la Feria de 2021. Si sus nombres son "Nigeriano" y "Feminista", entonces estamos claramente ante un espectáculo racista y machista, razona el PSOE de la localidad asturiana.

Pero, como ya explicó Libertad Digital, los toros que se lidian en las plazas deben sus nombres a las vacas de las que han nacido, puesto que esto permite conservar la trazabilidad de la genealogía y cumplir con la normativa de la raza de lidia, fijada a través del Libro Genealógico que coordina el Ministerio de Agricultura.

De modo que no solo hablamos de una tradición del campo bravo sino, además, de un protocolo normativo que lleva décadas en vigor. Así, en las plazas españolas se lidian toros con nombres muy dispares, desde "Español" hasta "Cocaína", sin que haya ninguna connotación política o ideológica de por medio.

En el caso concreto de "Feminista" y "Nigeriana", su incorporación a la ganadería de Daniel Ruiz se remonta a 1986, de modo que hablamos de una línea genética que se remonta al menos 35 años en el tiempo, hasta llevarnos a un tiempo en el que el PSOE no estaba contaminado del absurdo discurso identitario que ha asumido con entusiasmo la izquierda posmoderna.

2. Una izquierda censora y prohibicionista.

Aunque la decisión de Ana González de impedir que se celebren festejos taurinos en Gijón llega en 2021, la propia regidora ha reconocido en sus declaraciones que su idea era hacer lo propio en 2022 o 2023. No en vano, la alcaldesa ha reconocido que pretendía terminar la actual concesión de la plaza de toros de El Bibio, en manos de la empresa Circuitos Taurinos, y posteriormente dejar el coso sin actividad a base de no sacar nuevos concursos de adjudicación.

De modo que sería un error limitarse a hablar sobre el nombre de dos toros cuando, en el fondo, la propia alcaldesa de Gijón reconoce que su voluntad es la de acabar con los toros en la localidad asturiana. Según reconoció González, "la idea era terminar la concesión de la plaza de toros y posteriormente ponerle fin a la Feria Taurina, tal y como contemplan las resoluciones de los congresos del PSOE, pero estos sucesos han adelantado la decisión".

Una vez más, las siglas del PSOE protagonizan un intento de acabar con la Fiesta. En 2010, el Parlamento de Cataluña prohibió las corridas con el voto a favor de varios diputados socialistas, aunque el Tribunal Constitucional terminó tumbando aquella norma. En 2017, el PSOE balear en bloque votó a favor de una ley que prohibía, de facto, las corridas de toros, si bien el TC volvió a frenar aquel exceso, con una sentencia emitida a finales de 2018. Los socialistas gallegos también han votado en contra de los toros en La Coruña, donde no se celebran festejos desde el año 2014. Además, el gobierno que encabeza Pedro Sánchez ha protagonizado numerosas polémicas con el mundo del toro, como la denegación de los subsidios de paro a banderilleros y picadores afectados por la pandemia del covid-19, que también terminó siendo rectificada por la justicia.

3. Empobreciendo a Gijón.

Cada año, la Feria de Begoña aporta 50.000 euros a las arcas municipales, abonadas por la empresa gestora en concepto de canon. Los toros no reciben ningún tipo de subsidio o ayuda, manteniéndose íntegramente con la aportación de los espectadores que acuden cada tarde al coso de El Bibio. Por contra, la Semana Negra que celebra la ciudad coincidiendo con las fechas de los festejos taurinos se lleva anualmente todo tipo de inyecciones de dinero público, con un presupuesto para conciertos que ronda el millón de euros, al que hay que sumar otras partidas de gasto para fuegos artificiales y otras actividades.

Antes de la pandemia, la Feria de Begoña venía generando hasta 5 millones de euros para la economía local de la ciudad, según estimaciones de la plataforma La Economía del Toro. El público asistente, tanto local como llegado de otras latitudes, realiza un desembolso importante en aspectos como el transporte, la hostelería, la restauración, el ocio y los comercios de la ciudad. En 2021, y a pesar del covid-19, la plaza lució un estupendo aspecto en los tres espectáculos celebrados, cubriendo la mayoría del aforo permitido y demostrando que la Fiesta goza de buena salud en Gijón.

4. Manifiesta ilegalidad.

Pero, además de la ignorancia que exhibe la alcaldesa, de su afán prohibicionista tan detestable y del impacto económico que tendría acabar con la Fiesta en Gijón, lo sucedido también tiene importantes ramificaciones legales. Y es que, en la medida en que González se posiciona contra los toros, puede estar incurriendo en varios delitos.

No hay que olvidar que la Ley 18/2013 que regula los toros como patrimonio cultural obliga a los poderes públicos a proteger y divulgar el toreo, justo lo opuesto de lo que estaría haciendo el Ayuntamiento de Gijón. Además, la Ley 10/2015 habla específicamente de la necesidad de mantener el uso específico de los recintos donde se desarrollan actividades reconocidas como patrimonio cultural.

Por otro lado, la jurisprudencia también le da la razón a los taurinos. En la localidad de Villena, por ejemplo, el Ayuntamiento terminó viéndose obligado a ceder la plaza y permitir su uso taurino, tras varios años de bloqueo. Otro caso relevante lo tenemos en San Sebastián, donde la justicia siempre ha fallado en contra del consistorio y a favor de la organización de las corridas de toros. Y, como ya vimos anteriormente, el Tribunal Constitucional ha fallado a favor de los festejos taurinos y en contra de las prohibiciones, tanto en el caso de Cataluña como en el de Baleares.

Pero, además, es importante recordar que la plaza de toros tiene contrato en vigor con la empresa Circuitos Taurinos y, puesto que la mercantil que dirige Carlos Zúñiga tiene derecho a solicitar una prórroga de cara a 2022, el Ayuntamiento se expone a una posible denuncia por prevaricación en caso de denegar dicha extensión alegando motivos ideológicos que son totalmente ajenos al criterio técnico que rige en todos los procesos de contratación y licitación pública.

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