La gira de Pedro Sánchez por Estados Unidos ha vuelto a poner encima de la mesa los preocupantes números que exhibe España en materia de inversión extranjera. Aunque el mandatario socialista ha intentado seducir a grandes fondos y compañías, lo cierto es que su paso por la Moncloa se está saldando con una fuerte caída de las entradas de capital foráneo.
Según los datos que comunica el Ministerio de Economía, la inversión total anual llegada de otros países rondaba en 2018 los 54.900 millones de euros. En cambio, en un 2019 que supuso el primer año íntegro de Sánchez al mando del Ejecutivo, dicha rúbrica se redujo hasta situarse ligeramente por debajo de los 24.300 millones.
En 2020, el capital llegado a nuestra economía desde otros países fue de 24.500 millones, una cifra casi idéntica a la del año anterior. De modo que, tras varios años de gobierno de los socialistas en coalición con los comunistas de Podemos, los niveles de inversión extranjera en España se sitúan un 50% por debajo de los niveles anteriores.
Aún es pronto para saber cómo cerraremos el año 2021 pero, si nos fijamos en el primer trimestre del año y lo comparamos con los anteriores ejercicios, la evolución también resulta preocupante. Así, la entrada de capital foráneo entre enero y marzo fue de 3.000 millones en 2021, frente a los casi 7.800 millones del mismo periodo de 2018.
Es importante recalcar, además, la importancia que tiene Madrid en estos flujos de inversión. El modelo liberal que impulsa la presidenta autonómica Isabel Díaz Ayuso captó entre enero y marzo el 60% de toda la inversión extranjera que llegó a España. En el conjunto de 2020, esta cifra fue aún mayor, del 75%.
De modo que la política de impuestos bajos y regulación inteligente diseñada por Esperanza Aguirre hace más de quince años ha terminado convirtiéndose en la principal razón por la cual sigue llegando inversión extranjera a una España cuyo atractivo en los mercados internacionales ha menguado exponencialmente desde que Sánchez es presidente.
Durante la gira de Sánchez por Estados Unidos, la comitiva gubernamental tuvo que responder a numerosas preguntas sobre el descontrol de la deuda, el separatismo catalán, la contrarreforma laboral y otros aspectos que preocupan sobremanera a los inversores internacionales, reacios también a operar bajo el paraguas de nuevos tributos como la Tasa Tobin o la Tasa Google.