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La primera máquina vending en la que se paga con datos y no con dinero está en Madrid

Conocida como Data Pro Quo, se encuentra instalada en Madrid. Dispone de cuestionarios que se adaptan al valor de los productos y a los usuarios.

Conocida como Data Pro Quo, se encuentra instalada en Madrid. Dispone de cuestionarios que se adaptan al valor de los productos y a los usuarios.
Data Pro Quo es la primera primera máquina vending del mundo que no funciona con dinero tradicional. | Shackleton YouTube Channel

Los datos personales son un bien cada vez más preciado. De hecho, es una de las cosas que han hecho tan valiosas a compañías como Facebook, ya que gracias a tener un amplío fichero de los datos de sus usuarios consiguen segmentar mejor la publicidad y hacer que las marcas lleguen a su público objetivo. Por este motivo, la compañía Shackleton ha desarrollado una máquina de vending que ofrece productos a cambio de datos de los clientes. Se trata de la primera máquina del mundo que no funciona con dinero tradicional, sino tan solo con datos.

Se la conoce como Data Pro Quo y se encuentra instalada en España, más concretamente en el Digital Hub de Accenture en Madrid. De esta manera, quienes se acerquen a ella pueden conseguir cualquiera de los productos que ofrece a cambio de contestar unas preguntas que aparecen en la pantalla de la máquina. La oferta es variada, ya que se pueden conseguir hasta 55 productos diferentes que van desde los tradicionales sándwich y zumos a productos tecnológicos más vanguardistas como auriculares.

Debido al valor de cada producto, la máquina ofrece diferentes tipos de cuestionarios. De hecho, hay tres categorías de la A, la B y la C que responden a cada variedad de producto que se quiera elegir. Por si fuera poco, la máquina lleva la inteligencia artificial por bandera y adapta las preguntas al rol profesional del usuario que vaya a responder. Por su parte, los clientes deben proporcionar su correo electrónico o el sector al que pertenecen.

El sistema informático para desarrollar esta máquina ha sido complejo, ya que se trata de hackear un sistema para cambiar el método de pago y hacer que la interfaz sea completamente diferente a la de una máquina tradicional. Además, también se han asegurado de que los datos quedan alojados de una forma segura y se tenga acceso a ellos de forma restrictiva. Es decir, no pasan a ser datos de dominio público.

"Puedes conseguir un smoothie con tu email, un snack respondiendo a dos preguntas y hasta unos altavoces si completas el cuestionario", aseguran en el vídeo promocional de la Data Pro Quo. "captamos datos reales para mejorar las propuestas B2B". Eso sí, en principio la máquina está pensada para entornos profesionales y no de manera generalizada.

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