Nunca antes en la historia de España había habido un Ministerio de Consumo hasta la llegada de Alberto Garzón. Anteriormente, el área de consumo se encontraba junto a sanidad, que, lógicamente, ya tenía un papel prioritario mucho antes de la pandemia. Fue a principios de 2020, cuando Pedro Sánchez quiso entregar al líder de IU su propia cartera, dentro del acuerdo de gobierno entre PSOE y Podemos. Desde entonces, el departamento de Garzón no ha dejado de acumular polémicas, en su mayoría, protagonizadas por el propio ministro.
Que Garzón fuera nombrado responsable de un ministerio que gira en torno al consumo generó muchas dudas, ya que es una temática que su ideología comunista detesta. Los comentarios anticapitalistas y anticonsumo que Garzón llevaba años divulgando daban motivos para ello. Era muy habitual que el comunista cargase sistemáticamente contra el modelo de consumo actual, incluso, llegase a hacer afirmaciones tan surrealistas y falsas como que "el capitalismo mata".
Ya ha pasado un año de su nombramiento y, como era de esperar, su papel al frente del ministerio ha consistido en atacar, precisamente, al consumo. Así, en aras de la protección del consumidor, del medioambiente o de una larga lista de excusas, el líder de IU ha puesto en su diana a numerosos sectores de nuestra economía. Estas son algunas de las víctimas de un ministerio que cuesta al año 41 millones de euros a los contribuyentes.
La carne
La industria cárnica ha sido la última damnificada de Garzón, que ha lanzado una dura campaña contra el consumo de alimentos de origen animal bautizada como "Menos Carne más vida". El ministro ha vertido todo tipo de argumentaciones para intentar persuadir a los consumidores españoles de que reduzcan su ingesta de carne. A pesar de que España es el segundo país del mundo con mayor esperanza de vida, solo por detrás de Japón, Garzón asegura que está "preocupado por la salud de nuestros ciudadanos" y su carnívora dieta.
Además, como el comunista también dice estar preocupado por "la salud de nuestro planeta", no ha dudado en criticar la labor de los productores de carne acusándoles de perjudicar al medioambiente con su actividad, sobre todo, en lo relativo a las macrogranjas. El sector cárnico, que representa al 2,4% del PIB, no da crédito.
El 14,5% de las emisiones de gases de efecto invernadero proviene de la ganadería, especialmente de las macrogranjas, mientras que para que tengamos 1 kilo de carne de vaca se requieren 15.000 litros de agua.
De ello os hablo en este vídeo:#MenosCarneMásVida pic.twitter.com/wMDOd1GI8J
— Alberto Garzón🔻 (@agarzon) July 7, 2021
Aunque Sánchez y los ministros socialistas han intentado desvincularse de las declaraciones de Garzón, no hay que olvidar que el documento España 2050 del Gobierno también insta a los españoles a reducir el consumo de carne. Por tanto, el perfil bajo que han tomado desde el Ejecutivo en torno a la polémica de su compañero de Gobierno no es más que una impostura: hace varios meses estaban defendiendo lo mismo.
Las eléctricas
A pesar de que la luz haya alcanzado en 2021 máximos históricos, Garzón ha descargado de toda responsabilidad al Gobierno y ha culpado de la subida a las eléctricas y al diseño de la UE para determinar el coste de la energía.
Las incoherencias de Garzón con el recibo de la luz han sido muchas. El líder de IU fue de los primeros en rechazar la bajada del IVA del recibo eléctrico cuando este empezaba a subir (y que al final ha acabado llevando a cabo el Gobierno después de resistirse varios meses). Llama la atención que un ministro de Consumo se negara a apoyar una medida que está en su mano y que beneficiaría de inmediato a los consumidores, a los que supuestamente debería proteger. También es llamativo que, cuando estaba en la oposición, culpara al anterior Gobierno del PP del encarecimiento de la luz y en el Gobierno se desentendiera.
Las bebidas energéticas
El pasado mes de mayo, Garzón también anunciaba que ponía en su punto de mira a las bebidas energéticas, como Redbull o Monster. "Consumo ha identificado un patrón de consumo de riesgo potencial para la salud y valora distintas opciones en este momento, tomando como referencia diferentes estudios analizados que alertan de una tendencia creciente del consumo de estas bebidas entre la juventud", avisaba su departamento, que no dejaba claro cuáles iban a ser las medidas concretas que le esperan al sector.
Garzón tiene en marcha un grupo de trabajo "con agentes institucionales, sociedad civil y personas expertas para elaborar un documento de actuaciones y que irá acompañado de una mayor presión inspectora por parte del control oficial para verificar el cumplimento de los actuales requisitos recogidos en la legislación alimentaria" de este producto cuyo consumo, según él, "se hace con desconocimiento y se suelen equiparar a un refresco normal" y por parte de niños desde los 3 años.
El turismo
El año pasado, Alberto Garzón también menospreció e insultó al turismo, al calificarlo de un sector "estacional, precario y de bajo valor añadido". Además de no ser ciertas, estas declaraciones provocaron un monumental enfado de las empresas turísticas.
Y es que, el sector turístico español lidera el ranking mundial de competitividad turística según el Foro Económico Mundial. De hecho, aunque sea un sector en el que existe una alta temporalidad en los contratos y una baja productividad en algunos de los puestos de trabajo que genera, es el único sector de nuestra economía con el que podemos competir en igualdad de condiciones con los países ricos. Además, tampoco hay que olvidar que el sector "precario" representa al 12,3% del PIB español.
El azúcar
El 1 de enero de 2021, entró en vigor la subida del IVA de las "bebidas con azúcares o edulcorantes añadidos" del 10% al 21% con el objetivo de "fomentar hábitos más saludables" entre la población. El Ministerio de Consumo fue uno de los impulsores de ese tributo justificándolo en "acabar con la obesidad infantil" y en que "el azúcar mata". A pesar de estos argumentos, también incluyó en la subida de impuestos a las bebidas light y zero dejando de manifiesto su carácter recaudatorio. Como ya publicó Libre Mercado, sectores agrícolas como el remolachero, también han sido las víctimas silenciosas de esta subida del IVA a los refrescos y de la demonización del azúcar.
Durante su campaña contra la carne, Garzón ha comparado en varias ocasiones este producto con el azúcar y el tabaco, donde más del 80% de su precio son impuestos, por lo que en el sector cárnico ya temen que el Gobierno pueda llevar a cabo en el futuro una subida de la fiscalidad a la carne.
Galletas y comida rápida
Recientemente, Garzón también se mostró en contra del patrocinio de Galletas Príncipe a la selección española de fútbol y criticó "la insuficiencia de la normativa actual" en materia de publicidad de alimentos dirigidos a menores, defendiendo la prohibición de anuncios de alimentos considerados "perniciosos" para la salud. Por tanto, el ministro prepara la prohibición de la publicidad "de determinados productos" que, según ha demostrado la ciencia, "tienen unos efectos perniciosos en la salud de los menores en el corto, medio y largo plazo", asegura su ministerio.
Quizá la comida rápida también esté dentro de esta regulación de la publicidad que prepara Consumo, después de su fracaso al intentar elevar también el IVA a los "alimentos ultraprocesados o ricos en grasas y azúcares". Finalmente, sólo pudo subir los impuestos a los refrescos.
Las casas de apuestas
Desde su llegada al Gobierno, el juego online y las casas de apuestas han sido uno de los negocios que más críticas han recibido por parte de Garzón. De momento, el ministro se ha limitado a prohibir su publicidad en determinadas franjas horarias y los anuncios de personajes famosos, y ahora también estudia elevar los impuestos de esta actividad.