Las continuas subidas de impuestos adoptadas por el gobierno de Pedro Sánchez ya están traduciéndose en un aumento de la recaudación. Según el último boletín de ingresos publicado por la Agencia Tributaria, las arcas públicas han obtenido entre enero y mayo más recursos que en 2019, antes de la pandemia del coronavirus.
Si tomamos como referencia los cinco primeros meses del año, encontramos que las distintas figuras fiscales han generado 2.800 millones de euros más que en 2019 y 10.000 millones más que en 2020. En términos porcentuales, los datos de 2021 son un 3,5% mejores que los del curso 2019 y un 13,7% más elevados que el año fiscal 2020.
Resulta muy llamativo que se estén generando 81.600 millones de euros de recaudación en un contexto en el que el número de empresas se ha reducido notablemente y el desempleo efectivo ha aumentado hasta situarse cerca de los 5 millones de personas, una vez consideramos el paro oficial, el efecto de los ERTE, el número de autónomos en cese de actividad y otros supuestos similares.
Para poner en perspectiva lo fuerte que está siendo el aumento de la recaudación, podemos echar la vista atrás y fijarnos en los datos de 2010-2012. Entonces, la economía española estaba igualmente deprimida (entonces, por efecto de la Gran Recesión) y los niveles de paro también eran muy elevados (llegando a superar el 25% en el peor momento de al crisis). Sin embargo, los ingresos tributarios obtenidos de enero a mayo en dichos ejercicios oscilaron entre los 64.000 y los 70.000 millones, muy lejos de los 81.600 millones de 2021.
De hecho, si comparamos la recaudación con la afiliación a la Seguridad Social, vemos que los ingresos para enero-mayo ascendieron en 2019 a 4.050 euros por trabajador. En cambio, si tenemos en cuenta el efecto de los ERTE, los ceses de actividad y otros escenarios similares, resulta que este mismo indicador de ingresos fiscales por ocupado efectivo asciende en los cinco primeros meses de 2021 a 4.550 euros por trabajador en activo, un aumento de 500 euros.