El precio del barril del crudo ha registrado una auténtica montaña rusa desde la llegada de la pandemia. En marzo de 2020 los precios comenzaron a bajar de una forma brutal y en abril el exceso de producción, la falta de demanda y el agotamiento de los lugares para almacenar el oro negro hicieron que los productores tuvieran que pagar a los compradores por comprarles barriles, un hecho insólito que no se había dado nunca. Ahora bien, tras los mínimos de abril de 2020, el Brent se ha recuperado con fuerza y sube un 300%.
En números, el precio del barril ha pasado de los 19,2 euros a los 62,4. Una mala noticia para los consumidores y buena para los inversores. Sin embargo, parece que el crudo no habría tocado techo todavía y que podría llegar a los 100 dólares (84,5 euros) tocando así su máximo en los últimos cinco años.
El motivo de ello se debe a la falta de consenso en la OPEP+ debido al órdago lanzado por los Emiratos Árabes Unidos. Este país ha amenazado con marcharse del cártel si no llegan a un acuerdo que le posibilite modificar sus cuotas de producción. La organización acordó recortar la producción de forma drástica durante 2020, se dejaron de producir 7.900 millones de bpd, incluido un recorte adicional de 1 millón de bpd por parte de Arabia Saudita. A pesar de que en abril acordaron ir retirando estos recortes gradualmente, los EAU podrían hacer que el mercado se desplomase.
Si la situación sigue enquistada y se mantienen los actuales ritmos de producción, lo probable es que el petróleo siga subiendo debido al aumento de la demanda tras la reapertura económica. Los datos reflejan que en la actualidad hay un déficit de 2,3 y 2,5 millones de barriles por día. Por ello, los analistas de Goldman Sachs subrayan la necesidad de aumentar la producción en 5 millones de barriles más para evitar que el precio escale hasta máximos del último lustro.
Sin embargo, si los EAU deciden romper con la OPEP+ y empezar a producir más por su cuenta esto invitaría a los demás países a hacer lo propio para no perder cuota de mercado y se produciría un desplome en los precios. Esto es lo que ocurrió a finales de 2018 cuando el desacuerdo entre los miembros del grupo hizo que el precio bajase de los 82 dólares (69,2 euros) a los 53,8 (45,44 euros). Por tanto, la volatilidad está asegurada.