La inseguridad jurídica que la gestión de Sánchez está provocando hace que caiga de manera muy notable la inversión extranjera recibida. Aunque se produzca un pequeño repunte respecto al año pasado, es un incremento muy tímido para partir de un descenso continuado e importante desde que Sánchez asumió la presidencia del Gobierno.
Así, ya en el período comparable con el recientemente publicado, el primer trimestre de 2019, la inversión era 13.000 millones de euros menor que cuando Sánchez llegó a La Moncloa (en el IITR-2018).
En el ITR-2020, ese descenso continuaba, pues cayó un 63,2% respecto al ITR-2019, cuando el cierre productivo sólo afectó a medio mes del trimestre. Una decisión de inversión empresarial en el extranjero no se toma en medio mes, de manera que el descenso de inversiones venía ya motivado por otras razones, que no eran otras que la política económica alejada de la ortodoxia que el Gobierno de Sánchez, radicalizado, imponía, con propuestas que aunque no llegasen a concretarse, sembraban la desconfianza entre los inversores.
Así, pese a ese bajo nivel de inversión extranjera recibida en el ITR-2020, ahora no logra recuperarse todo lo perdido desde que Sánchez llegó al Gobierno. En el ITR-2019 se perdió un 64,20% respecto a lo que se recibía al llegar Sánchez al Ejecutivo. En el ITR-2020 se perdió un 63,20% sobre ese nivel en el que había quedado la inversión en el ITR-2020 tras su caída respecto al IITR-2018. Ahora, sólo se recupera un 15,59% respecto al bajo nivel del ITR-2020.
Por tanto, pese al leve repunte, se han perdido 17.000 millones de euros en el ritmo de inversión extranjera recibida desde que Sánchez alcanzó el Gobierno.
De esa manera, podemos observar que tras la llegada del socialismo de Sánchez se produjo una abrupta pérdida de inversión extranjera recibida y la leve corrección técnica de ahora mantiene en el estancamiento a la inversión que viene de fuera. Esto es sumamente preocupante, porque sin inversión no hay actividad, y sin actividad no hay empleo. Si se realizasen las reformas precisas para incrementar el nivel potencial de la economía y se empleasen de manera provechosa, con inversiones que tuviesen incidencia en el medio y largo plazo, los fondos europeos, podría abandonarse dicho estancamiento, tanto en la inversión extranjera como en el conjunto de la economía, que puede quedar completamente plana tras el rebote que se produzca en el corto plazo al levantarse las restricciones.
Las medidas equivocadas en política económica producen efectos indeseados, pero una de las que producen peores efectos son las derivadas de una creciente inseguridad jurídica y de la incertidumbre que se genera por las cambiantes decisiones, que hace perder la confianza de los agentes económicos. Eso es lo que está pasando en España, que hace que la evolución sea peor en todo momento del ciclo económico y que, por tanto, puede quitarle fuerza y, sobre todo, profundidad y estabilidad a la recuperación.