La industria de la automoción se ha visto golpeada por la crisis global de falta de semiconductores y los efectos que provoca en la producción de vehículos. Tanto en España como a nivel internacional, las principales fábricas se han visto obligadas a reducir turnos, a paralizar líneas de montaje o plantas completas de producción e incluso a proponer expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE).
Seat mantuvo cerrada la planta barcelonesa de Martorell durante esta semana por no disponer de suministro suficiente de microchips para sus coches, y no se descarta que la compañía adopte ajustes futuros para paliar los efectos de la escasez.
Volkswagen Navarra, a pesar de haber comenzado esta semana con la producción del nuevo Polo, también ha paralizado su producción estos días debido a la falta de semiconductores, además de haber propuesto un nuevo ERTE por razones organizativas y de producción.
La planta de Mercedes-Benz en Vitoria también ha paralizado tres turnos de producción a lo largo de esta semana, con el precedente el pasado 25 de mayo de una falta de suministros, en este caso de cables, que también afectó entonces a su producción.
En sus plantas de Valladolid y Palencia, la escasez de suministros fue la razón de que Renault adoptase un ERTE el pasado 16 de abril que se extenderá hasta el 30 de septiembre.
Entre las compañías del Grupo Stellantis, Citroën, Peugeot, Opel, DS, Fiat, Alfa Romeo y Jeep ya aplicaron suspensiones en la producción de su planta de Vigo a comienzos de mes, afectada de forma recurrente durante los últimos 6 meses por la escasez. En su planta de Zaragoza, han adoptado un ERTE de 50 jornadas, hasta final de año, por el mismo motivo.
Ford suspendió durante siete días la producción de vehículos y durante nueve la de motores en su planta en Almussafes (Valencia), retomando la actividad el miércoles de la pasada semana con el fin del expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) adoptado ante el desabastecimiento de semiconductores. Sin embargo, la compañía ha realizado una nueva propuesta de ERTE, hasta el 30 de septiembre, por la crisis de abastecimiento.
Fuera de nuestras fronteras, las alemanas Volkswagen y Daimler comunicaron el miércoles de la pasada semana la aplicación de un ERTE por el desabastecimiento que afecta a la fabricación en la planta en Wolfsburgo de Volkswagen de los modelos Tiguan, Touran, Tarrraco —SUV de la marca Seat, que pertenece a la compañía— y Golf y, en el caso de Daimler, a la producción de Mercedes-Benz en las plantas de Rasttat (Baden-Wurtemberg) y Bremen.
Además de haber sufrido parones en sus plantas dentro y fuera de la península coreana, Hyundai ha suspendido desde el lunes la producción en Estados Unidos durante tres semanas alternas, al igual que Skoda en la República Checa.
Causas y previsiones
Entre las causas de la falta de semiconductores, el incremento de la demanda de chips por parte de la industria de la tecnología sin duda ha influido en el mercado con aumento de las ventas de teléfonos móviles, tabletas y ordenadores como consecuencia de los cambios de hábitos durante el confinamiento o la necesidad de dispositivos para teletrabajar. Asimismo, la mayor rentabilidad de los semiconductores en otros sectores como el tecnológico ha concentrado la producción en sectores distintos a la automoción.
Pese a que la incertidumbre sobre el abastecimiento del mercado es máxima, el Banco Central Europeo (BCE) ya ha hecho previsiones que indican el mantenimiento de la escasez al menos en el corto plazo al menos hasta 2022 dado el colapso en el mercado de chips para la industria automovilística desde el segundo trimestre de 2020 con el estallido de la pandemia.
Como consecuencia, la producción automovilística en la eurozona se ha visto reducida durante cuatro meses consecutivos hasta marzo de 2021, situándose incluso por debajo de su nivel de noviembre de 2020 en un 18,4%, mientras que a nivel global sufrió una caída interanual del 11,3 % en el primer trimestre. respecto a los tres últimos meses de 2020.
Algunos eventos adversos como incendios y sequías también han afectado a grandes fábricas, agravando así la escasez global de semiconductores, especialmente severa en las empresas alemanas. Según el BCE, la escasez de suministro de semiconductores empeora en el segundo trimestre pese a que la evidencia de sus efectos en los precios en la cadena de valor es aún limitada. En la segunda mitad del año, sin embargo, prevé una recuperación en este aspecto.
Posibles soluciones
Ante el esperado aumento en la inversión de capital y en la capacidad de producción de los principales fabricantes hasta de finales de año e incluso más allá, el desabastecimiento de semiconductores será una constante durante los próximos meses en los que el efecto al alza sobre los precios por la escasez terminará ocurriendo casi con total seguridad.
Entre los anuncios de fabricantes sobre un incremento en su producción, la multinacional Bosch ha comunicado su intención de poner en marcha en julio una planta de fabricación de semiconductores tanto para la industria automovilística como para el internet de las cosas en Dresde (Alemania) y así satisfacer la creciente demanda actual.
De igual forma, Francia y Alemania anunciaron el mes pasado su propuesta para un proyecto europeo capaz de aumentar las capacidades tecnológicas de las industria de semiconductores.