Revolución tributaria en Castilla y León. La práctica eliminación del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, que aprobó la región en el mes de abril y que entró en vigor el pasado 9 de mayo, ya está ocasionando llamativos efectos entre los contribuyentes, que se han lanzado en tromba a donar sus propiedades.
El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ha hecho balance esta semana del primer mes de aplicación de este alivio fiscal y los datos son demoledores en el caso de las donaciones. Así, desde que Castilla y León ha reducido el impuesto a las herencias y a las donaciones a la mínima expresión, el número de autoliquidaciones de contribuyentes que han optado por transmitir su patrimonio en vida a sus seres queridos se ha disparado.
En concreto, del 9 de mayo y hasta el 15 de junio, se han registrado en la comunidad 885 autoliquidaciones por donaciones, una cifra que multiplica por cuatro a las del mismo periodo de 2019. El motivo de compararlo con 2019 no es otro que 2020 fue un año atípico por la trágica pandemia del coronavirus. Entonces, y a pesar del aumento de los fallecimientos, se contabilizaron sólo 242 autoliquidaciones debido a las restricciones de movilidad.
El boom de las donaciones
En total, el importe de la cuota de las donaciones en la región de este último mes asciende a 6.069.399 euros, lo que supone 29 veces más que la del mismo periodo de 2019, que ascendió a 211.314 euros. De esta forma, tras aplicar la bonificación del 99%, los contribuyentes apenas pagaron a Hacienda 60.694 euros. Por tanto, los castellanoleoneses se beneficiaron de un ahorro fiscal de unos 6 millones de euros en este periodo. En la siguiente tabla puede verse el reparto por provincias. Los mayores ahorros se produjeron en Burgos, Salamanca y Valladolid, superando el millón de euros cada una.
La Consejería de Economía y Hacienda castellana señala que estas cifras demuestran que la rebaja de Sucesiones y Donaciones está siendo "útil para las personas y útil para reactivar la economía". Por un lado, "con el ahorro de más de 6 millones de euros que quedan a disposición de las familias para que puedan destinarlo a consumo o a inversiones". Por otro, "las familias pueden destinar las donaciones a emprender, impulsar un negocio, invertir… ".
En este primer mes de eliminación del impuesto, el valor del volumen total de las donaciones ha crecido hasta alcanzar los 52,7 millones de euros. Así, el resurgir de las donaciones en Castilla y León ha sido tal, que la cuota en sólo un mes supera a la registrada en todo 2019. En este sentido, si se compara con los datos recogidos durante todo ese año, la cantidad ingresada por autoliquidaciones de donaciones fue de 4.338.244 euros, por lo que, tal y como resaltó Mañueco, la disminución de la fiscalidad ha incentivado operaciones que las familias querían hacer y estaban "penalizadas". Este es sólo un ejemplo más de cómo una elevada fiscalidad es capaz de secuestrar la riqueza.
La amenaza de Montero
Como ya publicó Libre Mercado, hasta ahora, esta autonomía era una de las que más gravaba en España a sus ciudadanos por donar, según los datos del REAF. El PP ha llevado a cabo esta rebaja fiscal con el apoyo de Ciudadanos, aunque el PSOE y Podemos rechazaron bajar un impuesto que podía llegar a cobrar 1.207 euros si unos abuelos osaban donarle un coche valorado en 15.000 euros a su nieta.
Respecto a las Sucesiones, hay que tener en cuenta que existe un periodo de seis meses para poder autoliquidarlas, por lo que este primer mes desde la puesta en marcha de esta medida no está siendo todavía significativo.
Otra de las razones que podría haber empujado a los castellanoleoneses a donar sus bienes a quien consideren oportuno es el miedo a la armonización fiscal de los impuestos autonómicos que comanda la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y que está estudiando el grupo de expertos del Gobierno. Y es que, donar en vida para evitar la futura estocada de Sucesiones en los territorios donde no existe el impuesto (como Castilla y León o Madrid) sería la única vía de escape para que los ciudadanos pudieran evitar que los políticos les arrebaten el legado que con tanto esfuerzo han levantado.
Los detalles
Las nuevas bonificaciones en el impuesto suponen la práctica eliminación del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones para los familiares directos, "de manera que en las transmisiones lucrativas mortis causa, el patrimonio acumulado con años de esfuerzo transmitido a familiares directos no sea objeto de una nueva imposición", señala la región.
Por su parte, en las transmisiones lucrativas intervivos, "se favorece la transmisión anticipada en el tiempo de bienes y derechos entre familiares directos, permitiendo que la ayuda económica llegue en vida a las familias como un acto de generosidad, o en casos de necesidad o de financiación, sin tener que esperar al momento del fallecimiento. En ambos casos, se facilita el relevo intergeneracional de empresas y negocios, así como el emprendimiento, sin que el pago del impuesto sea una traba a ello", añaden.