La Alianza de la Sanidad Privada Española ha presentado este miércoles en Madrid un informe en el que refleja el brutal impacto que la epidemia de coronavirus ha tenido en el sector y cómo, pese a ello, han logrado ser uno de los puntales de la lucha contra la covid en nuestro país, al asumir un 30% de las hospitalizaciones que se han producido en España por la enfermedad y un porcentaje prácticamente idéntico de los ingresos en UCI: el 29%.
Esta aportación del sector de la sanidad privada que tan poco reconocida ha sido se ha producido, además, en un entorno extraordinariamente difícil desde el punto de vista empresarial, pues las compañías han tenido que superar una serie interminable de dificultades.
Sobrecostes y bajas
La primera de ellas fue que un 26,3% de los profesionales de la sanidad privada causaron baja por el covid en algún momento de 2020, y eso a pesar de que las empresas invirtieron nada más y nada menos que un 312% más en productos relacionados con la protección de los profesionales. Una inversión que se realizó, eso sí, en un contexto de auténtica hiperinflación que, por ejemplo, ha supuesto pagar un promedio de un 1.100% más por las mascarillas en 2020 frente a 2019.
Como nota de interés, las regiones cuya sanidad privada ha sufrido más esta situación han sido La Rioja —un 49,4% de los profesionales ha llegado a estar de baja—, Extremadura (34,4%), Castilla-La Mancha —un 34%— y Cataluña —también un 34%—.
En estas circunstancias y pese a la escasa disponibilidad de profesionales en el mercado, la empresas de la sanidad privada incrementaron en 2020 sus plantillas un 6% respecto al año precedente, incorporando 5.000 nuevos trabajadores, tanto sanitarios (73%) como no sanitarios (27%). Además, el 99% de los hospitales generales privados no han llevado a cabo EREs y el 94% tampoco realizó ERTE.
Desprecio de las autoridades
Mientras se atendía este volumen ingente de enfermos de covid, la actividad asistencial normal sufrió una caída inédita: las intervenciones quirúrgicas descendieron un 14%; las urgencias un 26%; las consultas externas un 9%; los ingresos hospitalarios un 14%; y los ingresos UCI un 16%.
Pero pese a su evidente aportación y a las continuas ofertas de colaboración con las autoridades sanitarias que ha puesto sobre la mesa el sector, sus responsables destacan la escasa respuesta de unas autoridades que en la mayor parte de los casos han optado por la infrautilización de sus recursos pese a formar parte del Sistema Nacional de Salud.
Así el presidente de ASPE, Carlos Rus, ha asegurado que lamentan "no haber visto en algunos gestores públicos la misma predisposición que hemos mostrado nosotros a contribuir más con nuestras capacidades en los momentos críticos que hemos vivido" además de se ha compensado "a nuestros hospitales por el esfuerzo realizado, algo insólito tras una expropiación temporal de recursos humanos".
En su opinión, "la sanidad privada, como parte del Sistema Nacional de Salud, debería estar representada en sus órganos de gobernanza, como el Consejo Interterritorial o el grupo de trabajo de la estrategia de vacunación, por citar un par ejemplos", ha señalado.