Golpe de la Justicia a los excesos de Hacienda en sus inspecciones. La Audiencia Nacional ha condenado a la Agencia Tributaria a indemnizar a unos novios por "arruinar la celebración de su boda". Así lo señala textualmente una contundente sentencia del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo Número 2.
El calvario de esta pareja comenzó el 1 de junio de 2019. Serían las 16:00 horas, cuando la novia acudía, acompañada de sus primas, al baño de su habitación en el cortijo Los Cañizos (Badajoz), donde se estaba festejando el enlace. Al salir del aseo, las mujeres no dieron crédito cuando se encontraron a dos hombres en su propia habitación, uno "sentado en el escritorio con una botella de agua y un ordenador". El susto fue mayúsculo. Se encontraron a los funcionarios "como si estuvieran en su casa", relata el juez, citando a una de las primas, que también declararon como testigos en el juicio.
Como algunos de los amigos del novio eran actores profesionales, inocentes, Irene y sus primas pensaron que se trataba de una broma en un primer momento. Pero de broma no tenía nada: era Hacienda en su más terrorífica versión. "Venimos a embargar la boda", amenazaron los funcionarios. En realidad, a quien estaba investigando la Agencia Tributaria era a la empresa que los recién casados habían contratado para el catering. La compañía tenía deudas con el fisco y a los inspectores no se les ocurrió otra cosa que presentarse en plena celebración del enlace para pedir cuentas.
"No todo vale para que la AEAT alcance sus fines"
Esta no es la primera boda en la que irrumpe Hacienda, ni tampoco la primera vez que la desproporcionada actuación de los inspectores se convierte en un escándalo. Como ya publicó Libre Mercado, las formas de los funcionarios en una taberna cordobesa en el año 2017 llegó a poner en jaque las inspecciones sorpresa de Hacienda, aunque finalmente el Gobierno las ha recuperado.
La Audiencia Nacional no duda en calificar el modus operandi de los funcionarios como "desproporcionado". El texto al que ha tenido acceso Europa Press señala que "no todo vale para que la Agencia Tributaria alcance sus fines" y además, recuerda que "la todopoderosa Agencia Tributaria tiene a su disposición medios más que suficientes para lograr el cobro de los impuestos, sin tener que humillar a un deudor ante sus clientes y, de paso, arruinar a Marcos e Irene —terceros ajenos a la deuda— la celebración de su boda". Tienen esos medios, pero "resultaba más fácil, cómodo y, sobre todo, espectacular presentarse en la boda, denostando la fama del empresario que servía el catering y amedrentando a unos novios con 'embargarles la boda'", critica el magistrado.
Cuatro horas buscando papeles en plena boda
Y es que, estos voraces inspectores no dudaron en obligar a novios, camareros y responsables de catering a recabar información, facturas y todo tipo de documentos durante cuatro horas. Los novios, desesperados, suplicaban a Hacienda posponer estos trámites burocráticos hasta el lunes porque querían seguir disfrutando de su día, como s lógico. Pero los funcionarios no tuvieron piedad. "Los novios, indignados por la situación y en shock, al ver que su boda se iba al traste, dijeron a quienes se presentaron como funcionarios de la Agencia Tributaria que no llevaban sus documentos de identidad encima ni estaban en condiciones de declarar ni de facilitar datos o documentos, que por favor se marcharan y les dejaran disfrutar de su día especial, que podían solucionarlo al día siguiente o el lunes", cuenta la sentencia. Pero hasta las 20:30 no se marcharon.
Al magistrado no le cabe en la cabeza que la Agencia Tributaria pretendiera que la pareja, en pleno festejo, "atendiera y entendiera" sus notificaciones, "de cinco páginas cada una y con el prototípico lenguaje farragoso, confuso y de difícil comprensión incluso para los iniciados en la materia". En este sentido, "resulta completamente absurdo pensar que la novia podía llevar la documentación (requerida por los funcionarios) el día de su boda entre los pliegues del traje o el novio en el bolsillo de la chaqueta".
"Tendrán para siempre un mal recuerdo"
Por todo ello, la Justicia considera que "los perjuicios morales" de esta surrealista inspección "son notorios", pues "Irene y Marcos tendrán para siempre un mal recuerdo de lo que pudo y debió ser uno de los días más felices de su vida". Esas intolerables cuatro horas "distorsionaron, entorpecieron y dieron lugar a la desatención del evento y de los invitados", señala. Tanto es así, que "no se llevó a cabo el corte de la tarta nupcial, no se sirvió champán, los camareros estaban descoordinados y los novios en un estado comprensible de ansiedad, desasosiego e indignación".
El juez ve en el comportamiento de esos dos funcionarios "una falta de empatía en grado sumo e incluso un abuso, ante la situación de debilidad que para cualquier ciudadano puede suponer que aparezcan dos funcionarios del fisco con exigencias en un día tan señalado". Les reprocha especialmente que llegaran a hablar de "delito". El magistrado carga duramente contra Hacienda porque "la deshumanización de los cobradores de tributos no puede permitirse hasta estas cotas".
Eso sí, la multa que tendrá que abonar el fisco a Irene y Marcos (los novios) será de apenas 6.000 euros, una cantidad irrisoria teniendo en cuenta la "pesadilla" que supuso la irrupción de los inspectores en pleno banquete.