El Gobierno de Pedro Sánchez recoge en su Agenda 2050 para España los dictados marcados por el Foro de Davos. En uno de los mandamientos citados en el Foro Económico Mundial figura la idea de que en "2030 no tendrás nada y serás feliz". Un plan que esconde intenciones comunistas a escala global y que busca desposeer a la población de sus bienes y ganancias. Bajo conceptos como el "capitalismo inclusivo" o medidas que eleven los impuestos y la creación de nuevos eco-tributos, la clase media verá progresivamente un empobrecimiento de su vida, si bien, según refleja el Gobierno, esto no será motivo de amargura, sino de "felicidad".
El sablazo a los contribuyentes que prepara Sánchez traerá, tal y como aparece en el informe 2050, un "mayor grado de satisfacción vital". Es decir, pagar más impuestos y, por ende, tener menos ingresos, nos hará estar más satisfechos con nosotros mismos. Es así como venden el aumento de la presión fiscal en los siguientes años a los españoles. El presidente del Gobierno, incluso, habla de una verdadera oportunidad que llenará nuestro vacío vital.
En el apartado "Oportunidades que traerá el futuro para aumentar la satisfacción vital de la ciudadanía", el documento incide en que lograremos "bienestar en el futuro si tenemos un crecimiento socialmente inclusivo" (Página 353), y se explicita cuál es la misión principal de este proyecto, que tiene como base los preceptos de la izquierda internacional. "Si queremos converger en satisfacción con los países más felices de Europa antes de 2050, tendremos que registrar importantes mejoras en el ámbito económico y laboral", se puede leer en el dossier.
¿Y cómo aumentar la satisfacción vital de la ciudadanía? Pues bien, estos ingenieros sociales dicen haberse dado cuenta de que las diferencias de satisfacción vital se reducen mucho entre personas con ingresos altos y muy altos. "Por ejemplo, entre quienes ganan 4.500 y 6.000 euros al mes en España, el porcentaje de insatisfacción es prácticamente el mismo. Esto nos sugiere que, a partir de un cierto punto, más dinero no da más felicidad", reza el texto.
En relación a esto, el apartado continúa con su tesis y concluye que, a partir de un cierto nivel de ingresos, "el bienestar subjetivo no se incrementa (efecto saciedad)". Y como no hay más felicidad, según su estudio, pues el Gobierno sugiere que "si se quiere aumentar el bienestar del conjunto de la sociedad," puede ser más eficiente "dirigir los incrementos de renta a los segmentos más pobres de la población en aras de reducir el riesgo de pobreza". Es decir, que van a quitarte el dinero que creen que no te hace más feliz para destinarlo al "bien común". Pero no solo se verán afectadas estas rentas, simplemente, el Gobierno lo pone como ejemplo, porque la intención es elevar los tributos a toda la población. Total, si aunque se queden sin nada, "serán felices".
Continúa el apartado: "Aunque es cierto que el dinero no puede comprar la felicidad, los ingresos constituyen uno de los factores clave para el bienestar subjetivo de la población, sobre todo cuando son reducidos e inciertos", argumenta el Gobierno.
El objetivo es el mismo de siempre, solo que esta vez lo relevante es que se utiliza a lo largo del informe términos como "satisfacción vital", "bienestar subjetivo" y "felicidad común", para inocular la idea en la psique de que, por ejemplo, expropiar buena parte de la la nómina o la vivienda "a los que tienen" es lo correcto para "beneficiar a todos".
A este respecto, el documento prosigue muy en línea de la campaña propagandística de Hacienda y su adoctrinamiento tributario: "Será necesaria, además, una profunda reorganización de los ingresos (sistema fiscal) y los gastos (prestaciones sociales y servicios públicos): debemos recaudar más y mejor, para gastar más y mejor en partidas tan claves para el bienestar futuro como la sanidad o los servicios de cuidado", se escribe en el apartado.
Frustración
El plan España 2050 reconoce que los españoles están frustrados con su presente y son, además, muy pesimistas con su futuro. "Sólo un 21% espera que sus circunstancias sean mejores a las actuales". En lugar de hacer autocrítica y reflexionar sobre los motivos por los que los españoles están decepcionados, el Gobierno de Sánchez plantea las mismas fórmulas que ya aplica y solo conducen a peores datos económicos y al aumento del paro.
"Si durante las próximas décadas no logramos resolver problemas actuales como el elevado desempleo estructural, la alta precariedad o las extensas jornadas laborales, la transformación tecnológica y las nuevas formas de trabajo podrían traducirse en un mayor deterioro de las condiciones laborales en nuestro país". Y "elevaría aún más la insatisfacción laboral de nuestra ciudadanía". Por consiguiente, para que los españoles vuelvan a "estar satisfechos", el Gobierno aumentará mucho más el gasto público en escuelas para que "sean espacios de socialización". Además, va a "reforzar el Sistema Nacional de Salud y los servicios sociales" y pide confiar en los planes climáticos, lo que vendría a ser "la gran transición ecológica". Siguiendo estas premisas, los ciudadanos tendrán mucho menos que en épocas anteriores, pero, según Sánchez, "serán felices".