Como cada año, el Índice de Libertad Económica que elabora la Fundación Heritage y divulga el Instituto de Estudios Económicos pone de manifiesto la superioridad del capitalismo a la hora de crear riqueza y bienestar. Además, en circunstancias excepcionales como las actuales, el informe refleja que el impacto de la pandemia del covid-19 ha sido menor en los países más apegados al libre mercado.
El primer gráfico pone claramente de manifiesto que la economía sumergida es mucho más pequeña en las economías con más libertad económica (donde oscila entre el 5 y el 10 por ciento del PIB) que en los países con mayor intervencionismo (donde se sitúa en tasas que van del 20 al 30 por ciento del PIB).
En el segundo gráfico podemos ver que también hay un vínculo entre abrir los mercados y reducir la incidencia del paro. Los países de la OCDE con un grado moderado de laissez faire registran un desempleo medio cercano al 8 por ciento, mientras que las economías desarrolladas más favorables al mercado tienen un paro medio de poco más del 4 por ciento.
En el tercer gráfico queda de manifiesto que el mal desempeño de las economías desarrolladas en la última décadas no ha tenido nada que ver con la liberalización de los mercados. De hecho, lo que ha sucedido es que la apertura económica ha bajado de forma progresiva en la OCDE, exacerbando el impacto de la Gran Recesión. En España, además, esta evolución ha sido especialmente negativa. Por lo tanto, culpar de nuestros males al capitalismo es absurdo: nos ha ido peor precisamente porque hemos adoptado menos reformas de mercado.
En el cuarto gráfico queda reflejado el impacto de la libertad de empresa en el PIB per cápita de los países ricos. Las diferencias observadas en esta medición son tan significativas que buena parte de los países líderes en libertad empresarial tienen 20.000 dólares más de PIB por habitante que las economías con peor desempeño en dicha categoría.
El quinto gráfico muestra la evolución de la economía durante la pandemia del coronavirus. En 2020, el descenso del PIB fue del 4 por ciento en los países con más libertad económica de la OCDE, mientras que la caída en los socios con un menor grado de apertura al mercado fue mucho mayor y alcanzó el 7,5 por ciento.
En clave sanitaria, los contagios por millón de habitantes fueron casi un 50 por ciento menores en las economías más liberalizadas que en las que menos se acercan al ideal del laissez faire.
De igual manera, las cifras de mortalidad por covid-19 también son menores en los países con un nivel muy alto de libertad económica que en los países desarrollados que han abierto menos sus mercados.
