El Gobierno de Pedro Sánchez se postra ante los objetivos de la Agenda 2030 y el Foro Económico Mundial y se suma a la prohibición de los vuelos de corta duración. Bajo la excusa de la protección del medioambiente, el Ejecutivo ha recomendado prohibir los trayectos que se realicen en avión en España y que tengan una alternativa para viajar en tren inferior a las 2,5 horas de duración.
Así figura en el informe presentado este jueves por Pedro Sánchez, en el que ha presumido de pronosticar lo que pasará en España en 2050. Como ya publico Libre Mercado, el pasado mes de abril, Francia se ha convertido en el primer país en aprobar la prohibición de este tipo de viajes en avión para obligar a la población a viajar en tren. Miembros tan influyentes del Foro Económico Mundial, como Bill Gates, ya habían defendido y vaticinado que "los viajes en avión se iban a reducir a la mitad en pocos años". Por tanto, Francia y España serán los primeros países en hacer caso al Gran Reseteo, su lema.
"Se recomienda prohibir los vuelos en aquellos trayectos que puedan realizarse en tren en menos de 2,5 horas", señala el plan en uno de sus objetivos medioambientales orientado a reducir a 2 millones de toneladas las emisiones del sector del transporte español para ese año. Representantes de la compañía pública Adif ya han trasladado en varias ocasiones que la eliminación de los vuelos de corto recorrido ocurrirá "más temprano que tarde".
El Ejecutivo también pretende aplicar una tasa de viajero frecuente o el establecimiento de impuestos sobre los billetes de avión según la cercanía del destino. Estas medidas supondrán un duro golpe para las clases medias, esas a las que Sánchez y su equipo se jactan de proteger.
El golpe Pedro Sánchez a los vuelos de corto recorrido coincide con los postulados de miembros de extrema izquierda, como Ada Colau o Iñigo Errejón, que anteriormente ya habían propuesto medidas similares. En plena crisis del turismo en nuestro país, esta medida no podría resultar más inoportuna.
Tromba de impuestos al coche
Recientemente, el Gobierno también ha propuesto a Bruselas subir los impuestos del transporte por carretera machacando a las rentas bajas. A través de peajes en las autovías, de la subida del diésel o de la subida del Impuesto de Circulación o Matriculación pretende esquilmar a los conductores con una lluvia de tributos.