Tres años después de su cierre y tras una gran obra de restauración, con un coste de más de 100 millones de euros, el Ritz, referente del lujo en la capital de España, ahora rebautizado como Mandarin Oriental Ritz, acaba de abrir sus puertas, recuperando muchas de las ideas originales de su fundador, el suizo César Ritz, y conservando el carácter único Belle Époque del edificio original.
La reforma ha sido llevada a cabo bajo la tutela del arquitecto español Rafael de La-Hoz, fundamental en la restauración histórica, mientras que los diseñadores franceses, Gilles & Boissier, han supervisado los maravillosos interiores. Cada una de las 153 habitaciones lujosamente decoradas, de las cuales 53 son suites, con precios que rondan desde los 650 euros hasta los casi 15.000 de la suite Royal por noche, ahora disfrutan de un estilo residencial elegante y contemporáneo, pero manteniendo la esencia centenaria de este icono del lujo en Madrid.
Tras sus puertas, elegantes porteros y botones reciben a los huéspedes con un trato exquisito en un vestíbulo donde hojas de oro y plata, suspendidas del techo, captan la luz que entra al edificio mostrando un juego de luces y sombras como si de un fresco bosque se tratase. Las hojas de oro son de especies endémicas como el madroño, las de plata representan otros árboles que no son propios de la capital, y esa mezcla simboliza la esencia de los viajes. Una primera muestra del nivel de detalle que se verá en cada rincón del hotel
Austeridad, brillo, luz, amplitud y no recargar con más decoración de la necesaria. Buscando ese legado de César Ritz, Rafael de La-Hoz se topó con las antiguas puertas del hotel. Cuando el diseñador español acomete la reforma intuye que la vieja puerta no podía ser la original. Empieza la obra y descubre la puerta original, de cuatro metros de altura, que además conecta la Plaza de la Lealtad con la calle Felipe IV, un eje visual directo con vistas al Prado. El arquitecto decidió mantener esa idea y también el cristal en las puertas para que el visitante al llegar pudiera ver la profundidad.
Otro de los grandes cambios arquitectónicos en el interior del hotel viene de la mano de Rafael de La-Hoz: la cúpula de cristal. El edificio fue inaugurado por el rey Alfonso XIII el domingo 2 de octubre de 1910, después de empeñarse en tener un hotel en Madrid digno del Reino y para igualarse así a otras capitales europeas. Es curioso destacar que los restauradores y diseñadores vieron que el interior del hotel parecía expresar una belleza femenina, sobre la que habían pasado muchos años y ahora tocaba poner impecable. Ese nuevo gran hotel madrileño poseía una cúpula de cristal que, incluso para aquellos tiempos, era muy difícil de mantener y poco a poco fue cambiando hasta que en los años setenta fue tapada por un techo de cemento hasta la reforma. La compañía y el arquitecto tenían muy claro que querían recuperar la esencia de ese detalle original con una nueva estructura, que sí pudiera soportar el peso por sí sola y dejara entrar la catarata de luz que inunda todo el lobby.
El detalle bajo los pomos de las puertas del bar del hotel embellecidos con cuero cordobés anticipan que es un lugar muy especial. Fue el antiguo restaurante y su salón está restaurado exactamente igual que era en el siglo XX, eso incluye sus grandes lámparas de araña y todo el mobiliario. Al llegar a la barra sorprende la galería de retratos en formato fotográfico, inspirados en el Siglo de Oro español y en las pinceladas de Velázquez. Cuando se decide hacer la galería de retratos se le encarga a la fotógrafa Paula Anta, que escoge en un principio varios candidatos anónimos para los 14 retratos, aunque finalmente se decide por un homenaje a artistas españoles de la actualidad, caras conocidas de las artes.
La gran apuesta gastronómica
La famosa terraza del Ritz, con su conocido jardín, ahora se distingue entre la gastronomía madrileña con una carta de Quique Dacosta mucho más fresca y renovada, un nuevo mobiliario y también los árboles, que durante la reforma fueron llevados a un vivero segoviano con la intención de traerlos de vuelta para la inauguración, algo que finalmente no se hizo ya que estos árboles centenarios habían "cogido cariño" a la climatología más fresca. Es su lugar se han sustituido por otras especies arbóreas que sí son aptas para el bullicioso centro del Madrid del año 2021.
El conocido chef Quique Dacosta despliega todo su talento culinario en Deessa, el restaurante estrella del hotel y el primer espacio de Dacosta en la capital española. En el bellísimo Salón Alfonso XIII, con sus vistas al Jardín del Ritz, se ha recuperado todo el pan de oro de su techos, se han restaurado las lámparas y se han añadido elementos decorativos de estilo neoclásico como varios bustos de mármol.
El spa, un pequeño secreto bajo el lujo del hotel
Para la compañía Mandarin Oriental es importante destacar dos detalles sobre todos los demás: la gastronomía y el spa. El del Ritz no es un spa gestionado por Mandarín Oriental sino por la empresa The Beauty Concept, aunque cumpliendo a la perfección con los estándares de la compañía.
El espacio del spa es totalmente de nueva creación. No existía en el momento del cierre del hotel y en la renovación se quiso crear un rincón mágico, que sugiriera que siempre estuvo allí y fue descubierto durante las obras, como si de una reliquia de la antigua Grecia se tratase. De ahí que su mármol se hunda directamente en el agua y tenga dos tragaluces de luz natural que entra directamente desde el jardín. Como colofón a la colección de detalles de todo el hotel, el techo del spa está ilustrado con puntos en forma de estrellas, cuya colocación no es aleatoria sino que siguen el patrón de estrellas que se verían si miráramos hacia el cielo despejado en una noche de verano.
La reapertura del Mandarin Oriental Ritz Madrid pone de manifiesto el enorme interés en Madrid por el sector de la hostelería de lujo. En concreto, el Ritz ha reducido el número de habitaciones, antes eran 162 y ahora tienen 153 ya que se ha aumentado el portfolio de suits, ahora hay 53. Este cambio de modelo de oferta de alojamiento se ha hecho porque "se percibía que la demanda de suits crecía en los últimos años. Esta ciudad está siendo redescubierta por cierto tipo de turismo y hay que aprovechar esta situación", nos confirma una de las responsables de la compañía.