En España, hay unos 2 millones de personas en edad de trabajar que tienen algún tipo de
discapacidad, lo que supone más del 6% de la población en edad laboral. Pero además, el 65% de las personas con discapacidad está en desempleo no tiene empleo. Un dato abrumador el de este colectivo, que exige a las empresas e instituciones favorecer las medidas necesarias que permitan aumenta la contratación de estas personas. Es, por tanto, nuestra responsabilidad y la de las grandes empresas e instituciones disminuir las dificultades a las que este colectivo tiene que hacer frente día a día: sociales, arquitectónicas, laborales…
Algunas instituciones y empresas ya lo están haciendo. Es el caso de Indra, que en en colaboración con la Fundación Universia de Banco Santander, ya ha ha puesto en marcha una serie de ayudas para proyectos de investigación aplicada a la creación de nuevas tecnologías accesibles, invitando así a la participación de los estudiantes y centros de investigación de las universidades españolas para que presenten sus propuestas destinadas a la creación de una sociedad más inclusiva mediante con la ayuda de la tecnología.
El objetivo de esta iniciativa es promover el desarrollo de soluciones tecnológicas innovadoras que mejoren la calidad de vida y la integración social y laboral de las personas con discapacidad. Uno de los proyectos ganadores de la última edición ha sido DaVoz, creado por Carlos Manuel Travieso. Se trata de un dispositivo capaz de interpretar la lengua de signos y traducirla a voz sintetizada para ayudar a la comunicación de las personas con discapacidad auditiva.