Sacyr registró un beneficio neto de 26 millones de euros durante el primer trimestre de este año, lo que supone un descenso del 20,6% respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, debido a que el año pasado contabilizó los resultados extraordinarios por la venta de la autopista de Guadalmedina.
No obstante, en este mismo periodo consiguió aumentar un 17% su resultado bruto de explotación (Ebitda), hasta alcanzar los 194 millones de euros, y un 7% su cifra de negocios, hasta los 1.057 millones de euros, gracias a la buena evolución de la actividad a pesar de la pandemia.
Según informa la compañía en su cuenta de resultados trimestrales, los activos concesionales, que cuentan con un riesgo de demanda limitado, aportaron el 81% del Ebitda, cuatro puntos porcentuales más que en el mismo trimestre de 2020.
Esta división, la de concesiones, obtuvo una cifra de negocios de 289 millones de euros, un 6% superior, y un Ebitda de 104 millones de euros, un 24% más gracias a la entrada en explotación de varios tramos de vías en cartera y proyectos como el Hospital de Tláhuac en México.
La división de ingeniería e infraestructuras, por su parte, concentró 628 millones de euros en ingresos, un 12% más, y un Ebitda de 75 millones, un 15% más, tras seguir adjudicándose nuevos proyectos en los concursos a los que ha concurrido.
Así, la cartera de infraestructuras ascendía ya a 5.957 millones de euros a cierre del pasado mes de marzo, un 6% más que en diciembre de 2020, destacando los primeros proyectos adjudicados en Canadá y garantizando 28 meses de actividad.
Respecto a la actividad de servicios, su cifra de negocios se contrajo un 5%, hasta los 243 millones de euros, y su Ebitda un 6%, hasta los 20,6 millones de euros, afectada ligeramente por el desempeño del área de multiservicios debido a la afección de la crisis sanitaria.
La cartera de ingresos futuros de la compañía cerró el primer trimestre en 40.189 millones de euros, un 3% más que a cierre de 2020, gracias principalmente a la incorporación de nuevos proyectos de construcción y concesionales.
Objetivo: reducir deuda
La deuda neta de la compañía aumentó en este periodo hasta los 5.606 millones de euros por el pago de la devolución de los anticipos decretados en el laudo de 2020 sobre el contrato de Panamá, aunque la compañía ya se ha marcado como prioritaria la reducción de la deuda en los próximos años.
En este sentido, prevé rebajar a final de año la deuda neta con recurso en cerca de 300 millones de euros, un tercio de la cifra registrada a cierre de marzo, a través de diferentes fórmulas, entre las que se encuentra una operación de financiación verde.
El objetivo de esta operación es asociar la deuda de proyectos de servicios medioambientales a los propios ingresos que genera la actividad. Además, destinará a este fin los flujos sobrantes de los dividendos recibidos de las concesiones, una vez cubiertas las inversiones previstas en el plan de crecimiento, y los flujos positivos que se obtengan de la gestión activa de la participación en Repsol.
Respecto a este último asunto, Sacyr mantiene una posición accionarial del 8% en la petrolera, que defiende tener completamente cubierta mediante estructuras de derivados. No obstante, siguiendo un criterio de prudencia, la compañía ha ajustado el valor en libros de Repsol hasta 10,91 euros por acción.
Dentro de su estrategia financiera, recientemente Sacyr emitió el primer bono social de América Latina por valor de 209 millones de dólares para refinanciar la vía Montes de María (Colombia), con un instrumento ligado a objetivos de sostenibilidad, que es una de las líneas de acción de su plan estratégico hasta 2025.