El Gobierno social-comunista ha hecho de la mentira su modus operandi habitual, y apenas hace otra cosa que mentir y negar la realidad cada vez que se descubren sus fechorías. La última patraña de los liberticidas tiene que ver con la eliminación de la tributación conjunta del IRPF –fórmula de desgravación que beneficia sobre todo a las familias con rentas más bajas–, que la banda de Sánchez y el candidato Iglesias ha tratado de ocultar para no perjudicar todavía más las expectativas de la izquierda en las elecciones regionales madrileñas.
El Gobierno trató de enterrar este hachazo fiscal a las familias entre la abundante documentación que remitió a Bruselas para tramitar las ayudas a la recuperación económica. Descubierto el engaño, Pedro Sánchez y sus ministros social-comunistas trataron de echar balones fuera asegurando que se trata tan solo de una posibilidad sujeta a aprobación por los expertos. Pero lo cierto es que el famoso Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, anunciado tantas veces por Sánchez, incluye el hachazo sin matiz de ninguna clase.
El colmo de la desfachatez es que están tratando de presentar el nuevo atraco como un gesto feminista. Y es que, según el Gobierno de la izquierda saqueadora, la desgravación por declaración conjunta aumenta la brecha de género salarial y desincentiva la búsqueda de empleo por parte de las mujeres casadas.
En consonancia con su aberrante visión de la sociedad, el Gobierno cree que las mujeres prefieren quedarse en casa a cambio de unos cientos de euros del Estado, como si todas ellas fueran admiradoras del kirchnerismo que emociona a la revolucionaria por cuenta ajena Irene Montero. Pero no: hombres y mujeres no frentepopulizados tratan de trabajar y crear riqueza sin que el Gobierno les vacíe el bolsillo, que es exactamente lo que pretende el Ejecutivo con esta y otras medidas, como las tasas tecnológicas, los impuestos verdes, la fiscalidad aplicada al patrimonio y las herencias o las subidas del IVA en productos de consumo habitual.
El Gobierno que venía a proteger a los de abajo y subir impuestos sólo a los ricos planea machacar a las economías más precarias con una medida que castigará a dos millones de hogares, obligados a pagar vía IRPF más de 2.300 millones de euros. El pretexto del feminismo es un sarcasmo propio de un Ejecutivo que falta al respeto a los contribuyentes y traiciona a las clases menos pudientes. Es lo que siempre ha hecho el socialismo cuando ha llegado al poder, pero ahora con menos vergüenza y mayor intensidad.