Los principales sindicatos han convertido este 1 de mayo en el Día Internacional de los Trabajadores más politizado y electoralista de los últimos años. Con la vista puesta en las elecciones que el próximo martes se celebrarán en la Comunidad de Madrid, la manifestación de este sábado ha contado con la participación de todos los candidatos de la izquierda -Ángel Gabilondo, Pablo Iglesias y Mónica García- y con la presencia de hasta siete ministros.
En la marcha se ha podido ver a Carmen Calvo, José Luis Ábalos; Reyes Maroto, José Manuel Rodríguez Uribes, Ione Belarra, Irene Montero e incluso la Vicepresidenta Tercera del Gobierno y titular de Trabajo, Yolanda Díaz. Se trata de la primera vez que el titular de esta cartera asiste a una convocatoria como ésta en la que, teóricamente, los sindicatos dirigen sus proclamas al ministro o ministra que tiene en su poder la resolución de los problemas del mercado laboral.
Sin embargo -y a pesar de que el lema de este 1 de mayo parecía dirigido al Gobierno: "Ahora toca cumplir"- los líderes sindicales no han podido evitar convertir la convocatoria en un mitin electoral encaminado a pedir el voto para los partidos de izquierda.
El fantasma de "la extrema derecha"
"La mejor vacuna contra la extrema derecha es rehacer un contrato social para el siglo XXI", proclamaba el secretario general de CCOO nada más comenzar la rueda de prensa. Así, Unai Sordo llamaba a impedir que "las miserias morales de la extrema derecha no convenzan a los más deteriorados de que su problema no es la distribución de la riqueza, sino que su problema son los más pobres, los inmigrantes o los niños no acompañados". Una primera intervención que desataba los aplausos en la sala. "Esto es una rueda de prensa, eso después", se veía obligado a recordar el sindicalista.
Tras él, tomaba la palabra el líder de UGT, Pepe Álvarez, que hablaba de una "satisfacción relativa" con el Gobierno. Eso sí, a pesar de hacer hincapié en que todavía "queda mucho por hacer", Álvarez no tenía reparos en asegurar que "este primero de mayo tiene que servir para que el Gobierno reciba el calor de los trabajadores".
Una vez concluida su intervención inicial, ambos líderes se veían obligados a responder a las preguntas de algunos periodistas, que cuestionaban tanto sus proclamas, como la presencia de ministros y candidatos de la izquierda en la manifestación de este Día Internacional del Trabajador.
"Los sindicatos en España tenemos una legitimidad democrática y somos organizaciones con una clara vocación sociopolítica -se justificaba el secretario general de CCOO-. En esta campaña nos estamos jugando cuestiones muy importantes para los trabajadores y a nadie se le escapa la dimensión estatal, por tanto, es absolutamente normal que opinemos y que nos mojemos".
Pepe Álvarez, por su parte, coincidía en el diagnóstico y se excusaba en las supuestas "corrientes ideológicas" que, a su juicio, "pretenden arrebatar los derechos y libertades a los trabajadores". Desde su punto de vista, "honra a los ministros y ministras" que acudan a la manifestación, porque "esta es una fiesta que nace de la izquierda, que no aparece por casualidad, no es el corpus".
Ataques a Isabel Díaz Ayuso
Mucho más combativos si cabe, los representantes autonómicos de ambos sindicatos, que convertían sus intervenciones en un ataque sin cuartel a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, a la que han llegado a calificar de "miserable" e "indecente". "Lo que pido a los trabajadores y trabajadoras es que voten a izquierdas progresistas para el 4-M", defendía abiertamente Luis Miguel López Reillo, secretario general de UGT Madrid.
La manifestación -que ha partido de la Plaza de Neptuno de la capital- ha terminado en la Puerta del Sol, frente a la sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid presidido por Isabel Díaz Ayuso. Tras leer un manifiesto en defensa de los trabajadores, el líder de CCOO, Unai Sordo, ha vuelto a demostrar el objetivo de este 1º de mayo: "Ni un voto trabajador para quien nos odia, para quien no quiere a la clase trabajadora".
El propio candidato socialista, Ángel Gabilondo, tampoco ha dudado en utilizar esta celebración como si de un mitin más se tratase y ha reivindicado la celebración de este Día Internacional del Trabajo frente a la "precariedad y el desempleo" que, según ha dicho, genera la "derecha madrileña".