Ante la recta final de la campaña de las elecciones autonómicas de Madrid, y puesto que se enfrenta dos modelos, uno, basado en el gasto austero y eficiente, impuestos bajos, estabilidad presupuestaria, generación de confianza y eliminación de trabas, que es el aplicado por el PP desde hace dos décadas y media. Por otro lado, nos encontramos con la que propone la izquierda, que se fundamenta en altos impuestos, intervención en la economía, déficit permanente y deuda exponencial.
No hay, por tanto, una única política económica, y los madrileños han de elegir entre las dos enfrentadas: o seguir con la política liberal-conservadora aplicada hasta ahora u optar por la que Pedro Sánchez e Iglesias ejecutan en el Gobierno de la nación. Los datos son claros en la práctica totalidad de los indicadores económicos, pero la EPA recién publicada lo muestra claramente.
En España se destruyó el empleo de 137.500 personas en el primer trimestre de este año -y eso que lo sujetó el empleo público, pues en el sector privado se perdieron 155.800 empleos.
Frente a esta intensa destrucción de empleo, en el mismo trimestre en Madrid, con una política distinta, basada en la libertad y en las menores restricciones posibles en este escenario de pandemia en el que nos encontramos, se crearon 40.400 puestos de trabajo.
El espejismo del efecto desánimo
Esto no queda ahí, pues las políticas de la izquierda, basadas en los impuestos altos, el gasto desmedido, el intervencionismo y las múltiples prohibiciones impuestas desde hace más de un año, están provocando una desesperanza enorme entre los españoles, muchos de los cuales están dejando de buscar empleo. Así, hay 203.400 activos menos en este trimestre en el conjunto nacional, es decir, 203.400 personas que su desesperanza es tal, derivado del escenario económico restrictivo impuesto por el Gobierno, que ya ni siquiera tienen ánimo para buscar un puesto de trabajo, pues creen que no lo van a encontrar. Es más, cada vez es más intensa esa desesperanza, pues ahora llega a la cifra mencionada, mientras que en el último año el número de activos se reduce en 133.500 personas.
En Madrid, sin embargo, la situación es diametralmente opuesta, ya que apenas se pierden activos en el trimestre (9.800), mientras que en tasa interanual aumenta el número de activos en 17.700 personas, frente a la caída antes comentada de 133.500 activos en el conjunto nacional.
Por ello, Madrid se convierte en región refugio del empleo, ya que quieren más personas ir a ella a vivir y a trabajar por las mayores oportunidades que crea la política económica aplicada en ella.
Esta caída de actividad en España dibuja una bajada del paro engañosa en el conjunto nacional, pues todo lo que baja el paro se debe al abandono del mercado laboral por todas esas personas antes mencionadas. Cae el empleo en 137.500 personas y baja el número de activos en 203.400, de manera que la diferencia es el descenso del paro, 65.800 personas, pero no por creación de empleo, sino porque se destruye tanto y son tan malas las perspectivas con las políticas restrictivas de Sánchez, que cunde el desánimo.
Por ello, Madrid se convierte en región refugio del empleo, ya que quieren más personas ir a ella a vivir y a trabajar por las mayores oportunidades que crea la política económica aplicada en ella.
Esta caída de actividad en España dibuja una bajada del paro engañosa en el conjunto nacional, pues todo lo que baja el paro se debe al abandono del mercado laboral por todas esas personas antes mencionadas. Cae el empleo en 137.500 personas y baja el número de activos en 203.400, de manera que la diferencia es el descenso del paro, 65.800 personas, pero no por creación de empleo, sino porque se destruye tanto y son tan malas las perspectivas con las políticas restrictivas de Sánchez, que cunde el desánimo.
Esta desesperanza a nivel nacional se contrapone a la mayor esperanza a nivel madrileño, debido a las políticas diferentes que se aplican. Frente al desánimo generado por la política de impuestos altos, deuda y prohibiciones de la izquierda a nivel nacional -que es lo que impondrían en Madrid si ganasen-, la región madrileña genera ilusión.
Madrid, líder
Por eso Madrid tiene la mayor tasa de actividad de España, con casi seis puntos más que la media nacional, o tres con Baleares, cinco con Castilla-La Mancha, cinco y medio con Navarra y Aragón, siete con Valencia, diez con Extremadura o trece con Asturias, que son regiones en las que se aplican las políticas que la izquierda quiere implantar en Madrid.
Y por eso Madrid tiene la menor tasa de paro de las regiones económicamente importantes, con casi cuatro puntos menos que España, casi un punto menos que Cataluña, cinco menos que Castilla-La Mancha, diez menos que Extremadura o trece menos que Canarias.
Y no queda ahí la cosa: el paro juvenil desciende en Madrid y se sitúa casi ocho puntos por debajo de la media nacional, que refleja su confirmación como un mayor lugar de oportunidades para todos los ciudadanos, también para los jóvenes.
Mientras, el resto de datos nacionales son horrorosos: el empleo cae en casi todos los sectores, con especial fuerza en el de servicios:
Si lo analizamos en términos interanuales, el quebranto es todavía mayor, con casi 350.000 empleos destruidos en el sector servicios, el principal de la economía.
Por otra parte, los hogares con todos sus miembros en paro se incrementan en 29.200 en el trimestre y se sitúan en 1.226.200 hogares. En términos interanuales, el incremento de hogares con todos sus miembros en paro es de 152.400 hogares.
Todo ello, concluye en una tasa de paro del 15,98%, en la que ortodoxamente no están contabilizados los cientos de miles de personas en ERTE, que corren el riesgo de no poder volver a trabajar si se mantienen las actuales restricciones a nivel nacional.
Los datos nacionales son pésimos, fruto de las políticas que la izquierda aplica, con la ministra de Trabajo al frente, y que desearía aplicar en Madrid; región madrileña que obtiene mejores resultados con su política económica de libertad, como muestran los datos. En definitiva, la libertad funciona, el comunismo, no. Eso es algo que hay que tener muy claro de cara al próximo martes día cuatro de mayo, al votar.