En España hay, según un informe de Línea Directa, alrededor de 2,6 millones de coches zombies, lo que supone más del 9% del parque móvil español. Un problema contra el que quiere luchar la DGT en la nueva Ley de Seguridad. El organismo entiende por coche zombie a aquellos que circulan por las carreteras con el seguro del vehículo dado de baja de forma temporal. Una modalidad que permite a los conductores dar de baja a los coches cuando no vayan a ser utilizados durante un largo periodo de tiempo y así tampoco hacer frente al pago del Impuesto de Circulación.
El problema es que estas bajas se han duplicado desde 2004, pasando de 60.982 ese año a 132.459 en 2019. Por eso, la DGT quiere poner un limite temporal de un año para acabar con esos coches zombies o reducirlos de forma considerable. A pesar de que las multas por conducir un coche dado de baja para no pagar el seguro son de 3.000 euros, la DGT registra cada año casi 130.000 infracciones de conductores que circulan sin la póliza obligatoria.
Ahora, en el Real Decreto publicado en el BOE se establece que desde 2022 las bajas temporales solo podrán ser por periodos de un año, aunque se podrán prorrogar realizando diferentes trámites y documentos a presentar. Hasta ahora, estas bajas se iban renovando de forma automática, por eso el organismo quiere dificultar el trámite con la finalidad de terminar con este problema.
Esta medida se encuadra dentro del plan para llegar a las 0 víctimas de accidentes de tráfico en el año 2050. Una iniciativa nacida en el seno de la Unión Europea y que obliga a los Estados miembro a tomar medidas para reducir el número de coches antiguos de las vías públicas y rejuvenecer los parques móviles. Al mismo tiempo, la DGT también quiere dar de baja de forma automática a todos aquellos vehículos que lleven más de 10 años sin pasar la ITV.
El organismo entiende que muchos vehículos catalogados como zombies, que han resultado siniestros en accidentes o que llevan mucho tiempo sin pasar la inspección técnica, siguen siendo utilizados para viajes cortos, especialmente en áreas rurales. Aunque, en el caso de los vehículos que han sido declarados siniestros en accidentes, se venden en el mercado de segunda mano para extraer piezas.