Doce grandes del fútbol europeo dan un paso al frente y anuncian la creación de una Superliga que está llamada a reemplazar o competir de forma directa con la actual Champions League. Según lo anunciado, la competición contará con doce equipos fundadores (Real Madrid, Barcelona, Atlético, Milan, Arsenal, Chelsea, Inter, Juve, Liverpool, Manchester City, Manchester United y Tottenham) y una serie de equipos invitados.
El problema de fondo no está en lo deportivo, puesto que a nadie escapa que la Liga de Campeones sigue teniendo mucho atractivo, sino en las burocráticas estructuras del fútbol europeo, que sigue estando sujeto a todo tipo de rigideces por el elevado peso de las federaciones nacionales y por la reducida influencia de los clubes privados en la toma de las grandes decisiones.
Los grandes del balompié ya plantearon este revolcón hace unos veinticinco años. Entonces, con Lorenzo Sanz como uno de los promotores, se constituyó el llamado G-14, un lobby con el que los grandes equipos europeos presionaron a la UEFA para que aceptase algunos de sus reclamos, bajo amenaza de constituir una Superliga. Las reformas adoptadas entonces apaciguaron a los clubes rebeldes, pero en los últimos años se han reactivado los movimientos y, desde esta semana, el proyecto de la Superliga ya es una realidad. De hecho, el sucesor de Lorenzo Sanz en la presidencia del Real Madrid, Florentino Pérez, será el primer presidente de esta nueva competición.
El fútbol se mira en el espejo del baloncesto europeo, donde hace más de veinte años se produjo una ruptura similar. Nueve de los equipos más poderosos del continente (entre ellos el Real Madrid, el Barcelona y el Baskonia) se escindieron de la FIBA y crearon su propia Euroliga a través de la Unión de Ligas Europeas de Baloncesto (ULEB). El formato de la competición y la negociación de los derechos de imagen motivaron la ruptura. En la temporada 2000-2001 se celebraron dos torneos continentales, pero la fuerza de la nueva Euroliga hizo que el resto de equipos diesen el paso y, en 2004, se firmase un convenio mediante el cual la ULEB quedó reconocida como la competición europea de referencia.
También la Premier League sirve como precedente para entender lo que está pasando. En 1992, los equipos de la primera división inglesa se separaron de la Liga nacional y crearon su propia competición, que contaba con un lucrativo contrato de derechos de imagen como "colchón" financiero. La federación nacional acabó cediendo y reconoció a la Premier League como la nueva división de referencia.
La Superliga y lo que supone
Como ya explicó Libre Mercado el paso mes de noviembre, la Asociación de Clubes Europeos que ha servido como plataforma para el lanzamiento de la Superliga estima que los equipos participantes multiplicarán por cuatro sus ingresos de la mano de la nueva competición. El ganador ganaría hasta diez veces más.
Andrea Agnelli, presidente de la Juventus y vicepresidente de la nueva Superliga, ha explicado que "el fútbol tiene 1.600 millones de seguidores, frente a los 150 del fútbol americano, pero los derechos de televisión de la Champions League están en 1.500 millones, frente a los 7.000 millones de la Liga de Fútbol Americano (NFL)".
Esa brecha evidencia un enorme potencial de crecimiento y de desarrollo de negocio, pero requiere del liderazgo de empresas privadas (como son los equipos de fútbol) que sean capaces de superar los corsés de las burocráticas estructuras de las federaciones públicas y sus organismos internacionales.
La entrada de JP Morgan y el rumor de Amazon
El banco estadounidense JP Morgan confirmó a la agencia Efe que financiará la nueva Superliga con un pago inicial de 3.500 millones a repartir entre los equipos fundadores y dedicado a financiar gastos referidos a sus infraestructuras deportivas, la amortización de deuda asumida por el covid-19 y otras inversiones. Dicha entidad financiera ya es patrocinadora de distintas competiciones o equipos de élite, como la MLB, la NBA, la MLS o el US Open.
Sobre la mesa también está el fuerte rumor que apunta al gigante Amazon como canal de distribución de la nueva Superliga. Recientemente, la compañía de Jeff Bezos adquirió los derechos de retransmisión de uno de los partidos semanales de la NFL e hizo lo propio con la distribución de ciertos encuentros de la Premier League. Además, este mismo año se rumoreó sobre su posible compra de los derechos del canal de la liga internacional por excelencia en el campo de la lucha libre, la WWE. La apuesta de Amazon se diferenciaría así de los contenidos ofrecidos por plataformas como Netflix, al centrar el tiro en el contenido deportivo y las retransmisiones en vivo, en competencia directa con las televisiones de pago tradicionales.