A partir de los datos del Registro General de Registros Civiles y Notarios del Ministerio de Justicia, el Instituto de Salud Carlos III y el Centro Nacional de Epidemiología han desarrollado el Sistema MoMo, una herramienta que permite medir la evolución de la mortalidad en relación con los patrones estadísticos históricos.
Por lo general, este tipo de serie registra oscilaciones muy moderadas. Sin embargo, en el actual contexto de pandemia, medir el exceso de mortalidad se ha convertido en la aproximación más fiable al número total de personas que han perdido su vida a raíz del covid-19, sea directamente por la propagación del patógeno o indirectamente por otros factores como la interrupción de tratamientos, la sobrecarga de los servicios sanitarios…
La fiabilidad del Sistema MoMo es muy elevada, puesto que recoge casi en tiempo real el 89% de los fallecimientos de la Comunidad de Madrid. Por lo tanto, ahora que se acercan las elecciones autonómicas del 4 de mayo, parece lógico acudir a esta fuente estadística para evaluar la gestión de Díaz Ayuso en esta materia.
Pues bien, desde que las comunidades autónomas tomaron las riendas de la pandemia, tras la primera oled contagios, el número total de fallecimientos registrado en la Comunidad de Madrid ha sido de 39.998 decesos. De esta cifra, el 51% son hombres y el 71% tiene 75 años o más. El promedio histórico permitía estimar una mortalidad de 38.939 personas durante este periodo. Por lo tanto, el número de fallecidos registrado desde el final de la primera ola es un 2,7% mayor de lo esperado, lo que, durante un periodo de 330 días, supone 3 muertes más de lo normal por jornada.
Este porcentaje es mucho más reducido que el observado en la primera ola de la pandemia, cuando la gestión sanitaria fue centralizada por el gobierno de Pedro Sánchez. Bajo el "mando único" comandado por el Ejecutivo de PSOE y Podemos, Madrid sufrió un exceso de mortalidad del 61%, veinte veces más que durante el periodo de gestión de Díaz Ayuso.
Considerando solamente las cuatro últimas semanas (desde la semana del 8 de marzo hasta la del 5 de abril), Madrid ha registrado 2.736 defunciones frente a una proyección de 2.985. Esto supone un 8,4% menos de los fallecimientos esperados. Por lo tanto, Madrid llega a las urnas con una reducción de sus niveles generales de mortalidad.
En el siguiente gráfico puede comprobarse esta evolución tan favorable:
