El Gobierno ha celebrado los datos de paro y afiliación que se publicaron ayer martes relativos al mes de marzo. El número de desempleados registrados en las oficinas de los servicios públicos de empleo bajó en 59.149 personas respecto al nefasto mes de febrero, lo que supone el mayor retroceso en este mes desde el año 2015, hecho que ha embriagado de optimismo al Ejecutivo de Pedro Sánchez.
Fue el pasado mes de febrero cuando España rompió la barrera de los 4 millones de parados. Hacía un lustro que el número de desempleados no superaba esa catastrófica marca y en marzo ha vuelto a situarse por debajo. Eso sí, por los pelos. En total, el número de parados oficiales inscritos en las listas del antiguo Inem se situó en 3.949.640. ¿Puede tener esta cifra algún motivo que entusiasme?
Los datos de marzo son "sin ninguna duda, muy positivos", aplaudía el número dos de Yolanda Díaz, Joaquín Pérez Rey, en la tradicional rueda de prensa tras la publicación de las cifras. Como ya viene siendo habitual, el Gobierno centraba sus logros en el dato mensual, aunque la estadística más fiable para hacer una radiografía de la realidad laboral que atraviesa España sea la interanual.
Así, en el acumulado de marzo vemos que el mes terminó con 401.328 parados más desde que llegó la pandemia, hace justo un año. Desde marzo de 2012, cuando en pleno estallido de la burbuja inmobiliaria nuestro país sumaba 417.198 parados más al Inem, no se veían unas cifras tan alarmantes.
Otro aspecto que desinfla el alborozo por los datos de empleo es el efecto calendario, ya que marzo es un mes tradicionalmente bueno para el empleo por el inicio de los contratos de la Semana Santa. Este año, aunque el Gobierno haya decretado el confinamiento perimetral de las CCAA durante las fiestas, muchas autonomías han relajado las restricciones por la pandemia y el empleo ha recogido los frutos de la apertura de bares y comercios. El mejor ejemplo es la caída del paro en el sector servicios, que ha liderado el ranking con 53.686 desempleos menos.
El mal augurio de Calviño
El único miembro del Gobierno que vaticinaba el lunes que los datos de empleo del tercer mes del año "no han sido positivos" era la vicepresidenta segunda y ministra de Economía, Nadia Calviño. Este mal augurio contrastaba con el optimismo del Ministerio de Trabajo, aunque quien se tuvo que encargar de intentar aclarar las discrepancias fue el Ministerio de Seguridad Social.
El número dos de José Luis Escrivá, Israel Arroyo, aludía precisamente al efecto calendario para explicar que el número de afiliados a la Seguridad Social en términos desestacionalizados ha sido de 19.029.433 personas en marzo, lo que supone 45.438 trabajadores menos que el mes anterior. Y este no es un buen dato.
Preguntado por los periodistas sobre el negro vaticinio de Calviño frente a las bondades laborales que observan en el departamento de Yolanda Díaz, Arroyo explicaba que la ministra socialista se estaba fijando en las cifras de la Seguridad Social, que como acabamos de ver, no han sido especialmente buenas. "Hay esa discrepancia por cómo se presentan los datos de paro y afiliación. Marzo ha ido mejor en términos de paro porque la segunda mitad de marzo ha ido mejor y el paro se queda con la cifra del último día del mes. Sin embargo, la afiliación es una media de todo el mes", y, por tanto, el resultado de la estadística es peor. Con esta explicación técnica intentaba salir al paso Arroyo, mientras que un extrañado Joaquín Pérez aseguraba que "desconozco en qué se basaban los análisis de la vicepresidencia segunda".
Sin el ajuste estacional, marzo terminó con 70.790 cotizantes más que en febrero, la menor cifra en ese mes desde 2013, excluyendo el fatídico marzo de 2020, cuando nuestro país perdió 243.469 afiliados en el mes que se declaraba el estado de alarma y se cerraba la economía por la pandemia. Y todavía España no ha logrado recuperar el empleo perdido: cuenta con 85.858 cotizantes menos que hace un año y con 329.327 menos que en febrero de 2020, cuando el coronavirus todavía no había llegado a arrasar con las vidas y las finanzas del país.
Lo que esconden las estadísticas
Hasta aquí los parados y los afiliados oficiales, pero también hay que tener en cuenta al gran aliado estadístico del Gobierno durante la pandemia: los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). Ayer también conocimos que esta cifra terminó marzo con 743.628 trabajadores afectados, 115.913 menos que en febrero, pero por encima de los mínimos registrados a finales de verano.
Así, si sumamos esas 743.628 personas en ERTE a los 3.949.640 oficiales la foto laboral se va agravando todavía más. Y aquí no acaba todo. Si tenemos en cuenta que en marzo había 469.320 autónomos cobrando la prestación por cese de actividad por parte de la Seguridad Social, ya estamos hablando de más de 5 millones de personas sin trabajar y en un letargo laboral del que les va a resultar difícil salir.
Nadie confía en el optimismo del Gobierno
Ante las pocas luces y las muchas sombras que revelan los datos del paro de marzo han sido muchas las patronales e institutos de estudios que ayer pidieron tomarlos con precaución. Estos son algunos ejemplos:
- CEOE: la patronal de los empresarios señaló que las cifras "requieren una valoración con la máxima cautela, dado que están muy marcados por el efecto positivo de la Semana Santa en la actividad económica y en el empleo". Además, "se observa con preocupación el repunte en la destrucción de empresas que se viene produciendo de forma creciente desde principios de año, con caídas del 6,89% y 7,47%, en los meses de enero y febrero de 2021", respectivamente. A lo anterior se adicionan los más de 4,6 millones de desempleados reales (3.949.640 parados registrados, más 716.595 excluidos de las listas oficiales por estar realizando cursos de formación o ser demandantes de empleo con "disponibilidad limitada" o con demanda de empleo específica) y los casi 1,2 millones de personas en ERTE o acogidas al cese de actividad, que se mantienen prácticamente desde marzo de 2020 y muy focalizadas en sectores vinculados al turismo, la hostelería y el ocio, claramente dependientes de las medidas de contención sanitaria", recuerdan.
- ATA: "Los datos de paro y afiliación a la Seguridad Social del mes de marzo que se publican hoy no podemos decir que son buenos ni malos. Son mediocres", señalaba el presidente de la patronal de autónomos Lorenzo Amor. "Si bien es positivo que el RETA haya sumado 15.245 autónomos, seguimos a 31 de marzo con 470.000 trabajadores por cuenta propia percibiendo la prestación por cese de actividad", recuerdan.
- UPTA: para esta otra asociación de autónomos las cifras son un "espejismo". La comparativa con los años 2019 y 2018 "en los que se produjeron 20.623 y 25.173 altas en el mes de marzo respectivamente, deja perfectamente clara la situación por la que atraviesa el colectivo en estos momentos".
- Infojobs: "El mercado laboral no encuentra por el momento el camino de la recuperación completa", señala el portal de empleo. "Si en febrero del año pasado, justo antes de la aparición de la COVID-19, había 19.250.229 personas afiliadas a la Seguridad Social, la cifra de marzo de 2021 se sitúa en 18.920.902 personas. Eso significa que en trece meses de pandemia el mercado laboral español ha perdido 329.327 cotizantes", recuerdan.
- Randstad: "Buen dato de paro y malo de empleo en marzo", señala la ETT. Eso sí, "el umbral de los 4 millones de parados, del que se está tan cerca, contrasta con el de 3 millones de parados, del que se aspiraba a bajar en 2020, de no haberse producido la crisis". Además, el resultado del Gobierno es "diferente si prestamos atención al concepto de afiliados efectivos que corrige la cifra de afiliados totales, restando aquellos que, por estar en ERTE, no se encuentran trabajando en estos momentos. Y en dicho caso, se trata de 744.618 personas, que habrá que contabilizar con signo negativo si se quiere aproximar la cifra de personas que a final de marzo estaban trabajando en España".