El 1 de abril se abre el plazo para pagar el Impuesto de Circulación que deben pagar todos los contribuyentes, aunque existen algunas excepciones. Al ser un impuesto local, varía en función de cada municipio, aunque existen unos mínimos y máximos fijados por ley. De media, los consistorios ingresarán alrededor de 4.000 millones de euros, lo que representa el 4,3% de los ingresos totales anuales.
Además de variar en cada Ayuntamiento, este impuesto se basa en la cilindrada del coche, excepto para los vehículos eléctricos. Así, el precio se estructura así: 8 caballos fiscales: 12,62 euros; de 8 hasta 11,99 caballos fiscales: 34,08 euros; de 12 hasta 15,99 caballos fiscales: 71,94 euros; de 16 hasta 19,99 caballos fiscales: 89,61 euro; y de 20 caballos fiscales en adelante: 112 euros.
Paraísos fiscales para vehículos
Lo cierto es que cada ayuntamiento fija la tasa a pagar del tributo haciendo que se produzcan notables diferencias. Gracias a ese poder, hay competencia fiscal entre municipios, como ya publicamos en Libre Mercado.
Por ejemplo, un vallisoletano paga por el mismo vehículo un 28% más que un zamorano. Pero, en otros municipios como Colmenar de Arroyo se paga hasta siete veces que en el caso de Madrid capital. En estos momentos los pueblos donde es más barato pagar el conocido númerito son Colmenar del Arroyo, Robledo de Chavela, Moralzarzal, Venturada, Las Rozas de Puerto Real y Brunete (en Madrid), además Rajadell, en la provincia de Barcelona.
Según un informe de la asociación de Automovilistas Europeos Asociados (AEA), siete pequeños ayuntamientos (seis de Madrid y uno de Barcelona) matriculan cerca del 40% del total de coches de empresa de toda España.