El Gobierno ha aprobado las ayudas directas a las empresas españolas casi exactamente cuando se ha cumplido un año de la primera declaración del estado de alarma (ese fatídico 14 de marzo de 2020).
Aunque el Ejecutivo de Sánchez e Iglesias lo ha vendido como una "movilización" de 11.000 millones de euros, el dinero contante y sonante que llegará será de 7.000 millones, de los que 2.000 millones irán dirigidos sólo a Canarias y Baleares y 5.000 millones, para el resto. Los 4.000 millones restantes consistirán en varios fondos para reestructurar y recapitalizar deuda. Tampoco esta vez habrá rebajas de impuestos.
¿Qué han hecho Francia, Alemania o Italia?
En la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) han querido comparar el paquete de ayudas directas de España con el de tres de sus vecinos europeos (Alemania, Francia e Italia) y nuestro país no sale muy bien parado del resultado. Una de las principales críticas del informe elaborado por su director de Coyuntura y Análisis Internacional, Raymond Torres, es la lentitud del Gobierno de Sánchez e Iglesias en aprobarlas.
"La normativa española llega varios meses más tarde que los otros tres países", apunta. "En algunos países como Alemania y Francia las ayudas se empezaron a conceder a partir del otoño, en plena segunda ola", recuerda.
Otra diferencia es que, mientras que en Alemania, Italia, y Francia "las ayudas se han ampliado a todos los sectores", en España, el Gobierno ha sido mucho más selectivo y se limita "a los más perjudicados (comercio, hostelería, ocio, etc)" por la covid. De hecho, según publicó El País hace unos días, sólo 180.000 compañías de las 2,2 millones que operan en España podrán solicitar estas ayudas, ya que el resto no cumplen con los requisitos del Ejecutivo. Esto supondría una de cada doce empresas. Por el lado de los autónomos, ATA ha calculado que en "la mayoría de las CCAA" el porcentaje de trabajadores por cuenta propia que podrán recibir las ayudas está por debajo del 40%.
Las peluquerías o las tiendas souvenirs son algunas de las actividades que se han quejado por no formar parte de las casi 100 de la lista. La ausencia de eventos o el desplome del turismo por la pandemia son algunos de los argumentos con los que los empresarios de estos sectores justifican que se les incluya.
Por otra parte, la concesión de las ayudas depende de umbrales determinados por el porcentaje de ingresos perdidos por la crisis. En Alemania, España e Italia, solo los negocios que han reducido su facturación al menos un 30% con respecto a 2019 pueden solicitar las ayudas. En Francia los criterios son más permisivos –especialmente en los sectores más afectados por la crisis, que tienen derecho a una transferencia desde el primer euro perdido.
"El requisito de viabilidad parece tener poco peso en todos los países, tal vez porque no es fácil establecer criterios objetivos sin retrasar excesivamente la asignación de los recursos", señala el informe. "Los gobiernos están sobre todo preocupados por limitar el desgaste del tejido productivo —aunque esto entrañe la perpetuación de algunos negocios inviables—. En el caso de España, la normativa solo excluye de las ayudas a negocios que ya incurrían en pérdidas antes de la crisis. Y en Alemania, la evaluación del grado de viabilidad corre a cargo de los Länder", añaden.
España el menos ‘generoso’
El sistema alemán es el más "generoso de los cuatro examinados", especialmente en relación al tope de ayudas que se puede otorgar (hasta 1,5 millones de euros) y en el total de ayudas, 50.000 millones frente a los 7.000 de España.
La cuantía de las ayudas es "relativamente reducida en España en comparación con los otros tres países", insiste el documento. Solo se compensa entre el 20 y el 40% de los ingresos perdidos por las empresas de los sectores más afectados por la pandemia, frente al 20-60% en Italia y hasta el 100% en el caso de los pequeños negocios en Francia. La tasa de compensación puede llegar hasta el 90% en Alemania (si bien en Alemania solo se aplica a los costes fijos).
Sin embargo, "España es el único país que concede una prestación mínima de 4.000 euros para todas las empresas que cumplan los requisitos de concesión de las ayudas. Esta circunstancia podría favorecer en especial a los pequeños negocios", apunta Raymond Torres, como el punto más positivo. Cabe también resaltar que, en Francia, las empresas con una caída de facturación superior al 50% y que no se han visto afectadas por las restricciones de actividad ni forman parte de los sectores prioritarios (hostelería, etc.), pueden recibir una prestación global de 1.500 euros.
El principal riesgo de las ayudas de España
Pero "el principal riesgo" del sistema de ayudas español "atañe a la puesta en marcha", avisa Funcas, debido a que es "más complejo que en los otros países, algo que podría retrasar significativamente la llegada de las ayudas además de plantear desafíos de gestión y de disparidad entre las diferentes comunidades autónomas". En Francia e Italia las ayudas se solicitan directamente a la Agencia Tributaria y en Alemania se piden a los Länder, según una pauta común decidida por el gobierno federal.
El pasado 12 de marzo, el Gobierno daba 40 días de plazo para que el dinero llegara a las CCAA, ya que son ellas las que se van a encargar de distribuirlo con la información que les facilite la Agencia Tributaria para poder corroborar si los empresarios beneficiarios cumplen con los requisitos que ha establecido el Ejecutivo. Al igual que Funcas, alguna región ha mostrado su inquietud ante la falta de claridad del proceso y lo que es peor: un año después, las desesperadas empresas de nuestro país siguen sin conocer la fecha sobre cuándo llegará el ingreso a sus cuentas.