España y el resto de países miembros de la Unión Europea optaron por negociar la compra de vacunas contra el covid-19 de forma centralizada. No solo eso: en vez de brindar una prima a las empresas productoras a cambio de asegurar un suministro más cuantioso, se ofreció un precio menor que el planteado por otros países, aún siendo la UE un club de países comparativamente ricos.
Además, las autoridades han actuado con notable lentitud a la hora de conceder los permisos meramente burocráticos (que no los referidos a la seguridad de las vacunas), hasta el punto de que muchas de las vacunas que se usan de forma masiva en otros países ni siquiera están siendo consideradas seriamente por las autoridades de Bruselas, que por ejemplo miran hacia otro lado con las vacunas desarrolladas por empresas chinas o rusas por motivos geopolíticos.
A todo esto hay que sumarle el enorme peso del Estado en el sector sanitario europeo, con lo que ello supone a la hora de lastrar el dinamismo de dicho sector y su capacidad de ajuste a situaciones como la actual.
Esta nefasta operación contrasta con los incentivos de mercado que han introducido los gobiernos de Reino Unido, Israel o Chile. De igual modo, también en Estados Unidos impera un clima menos intervencionista en aspectos como la distribución, lo que está permitiendo una vacunación más acelerada que en España y el resto de la UE.
La pasada semana, sin ir más lejos, la cadena de supermercados TARGET, una de las más grandes del país, empezó a ofrecer la posibilidad de vacunarse a sus clientes. Más de 600 establecimientos de la compañía brindan ya este servicio, coordinado a través de la sección de farmacia que administra la cadena CVS dentro de las grandes superficies de TARGET.
Para agilizar el proceso, los clientes pueden reservar cita a través de una página web y, llegado el momento de recibir la dosis, acuden a probadores de ropa que han sido reconvertidos y adaptados para facilitar una vacunación rápida y sencilla. De momento, esta posibilidad está disponible en casi una veintena de Estados, aunque la cifra no para de subir.
EEUU, mucho mejor que Europa
Si medimos el desempeño de la vacunación en relación con la población, vemos que Israel figura en primer lugar del ranking que mide cuántos ciudadanos han recibido al menos una dosis. El país gobernado por Benjamin Netanyahu alcanza ya un 59,5% de cobertura en este frente, situándose por delante de Reino Unido (37,9%) y Chile (28,4%).
Sin embargo, Estados Unidos no anda a la zaga del grupo de cabeza y, pese a su enorme tamaño, ya ha conseguido que el 22,6% de sus ciudadanos hayan recibido al menos una dosis de la vacuna. Por comparación, España apenas alcanza un 8,8%, mientras que Italia se queda en un 8,4% y Alemania y Francia se anotan un 8,3%.
En cuanto al porcentaje de ciudadanos que se han vacunado por completo, podemos ver que en Israel este porcentaje ya alcanza el 51,8%, mientras que Chile y Estados Unidos ocupan el segundo y cuarto lugar de la tabla, con un 14,1% y un 12,3%.