Henry Ford es uno de los empresarios más conocidos de toda la historia gracias a la creación de la cadena de producción que permitió fabricar coches en masa y que después se exportó a otras industrias. Su invención hizo que Ford Motor Company, nacida en 1905, se convirtiese en una de las compañías más conocidas de los Estados Unidos. Pero, lo cierto es que la subsistencia y el éxito de Ford, que ya cuenta con 116 años de historia, se debe también a los administradores que sucedieron al fundador, fallecido en 1945.
Ford solo tuvo un hijo, Edsel Bryant Ford, que a su vez presidió la compañía hasta 1943. Tras el fallecimiento de ambos, le llegó el turno a la tercera generación de los Ford, Henry Ford II. Hasta 1982 pasó por varios puestos de responsabilidad dentro de la empresa. Con él la compañía salió a bolsa en 1956, pero también pasó por situaciones muy complicadas que llevaron al nieto de Henry Ford a llevar un estilo de dirección muy agresivo. Pero, cuando se retiró los datos le avalaban, ya que Ford era la cuarta multinacional más grande del mundo.
Ahora, dos tataranietos de Henry Ford están a punto de entrar en el consejo de administración de la empresa tras la jubilación de Edsel Ford II, hijo de Henry Ford II. Los dos nuevos integrantes son Alexandra Ford Englis, de 33 años, hija de Bill Ford, que es el actual presidente ejecutivo, y Henry Ford III, hijo de Edsel II. Aunque, su entrada en la compañía debe ser aprobada por la junta general de accionistas que se celebrará el próximo 13 de mayo. En caso de recibir luz verde, tres descendientes de Henry Ford ocuparán tres de los catorce asientos que conforman el consejo de dirección. Esto se traduce en una mayor presencia familiar al frente de la centenaria compañía.
Lo cierto es que, a diferencia con lo sucedido con otras compañías longevas, Ford Motor sigue muy ligada a los descendientes de su fundador. El clan sigue manteniendo el 40% del poder del voto, lo que le da el control casi total de la empresa. De hecho, Bill Ford ha seguido recomprando acciones de la empresa convencido de su potencial en el largo plazo.
Lo cierto es que los tataranietos de Henry Ford llegan pisando fuerte. Alexandra ya trabaja en la dirección de Rivian Automotives, en la que Ford tiene una participación. Mientras que Henry es el director de división de relaciones con los inversores de la compañía. Además, su llegada se produce en un momento dulce para la compañía, que está en máximos de los últimos cinco años y ha subido un 50% en 2021.