Desde el estallido de la pandemia del covid-19, el gobierno de España ha insistido en la necesidad de aplicar severas restricciones sanitarias que restringen sobremanera la capacidad de maniobra de las empresas. La apuesta del Ejecutivo que encabeza Pedro Sánchez ha tenido un enorme coste para la economía española, puesto que ningún otro país de la OCDE ha experimentado un desplome de la actividad tan grande como el nuestro. Lo peor de todo es que, en clave sanitaria, los resultados son igualmente desastrosos y España es uno de los países con mayor exceso de mortalidad del mundo rico.
Si algo nos ha enseñado la crisis del coronavirus es que no existe tensión alguna entre salvar vidas y salvar la economía. De hecho, salvar vidas es salvar la economía y salvar la economía es salvar vidas. La clave está en evitar los confinamientos generalizados, proteger a los grupos de riesgo y desarrollar medidas de adaptación que permitan mantener en pie toda la actividad económica posible.
¿Cuánto han perdido las empresas por estas medidas? Comparando los datos de 2020 con los de 2019, la CEOE ha presentado un informe en el que ha estimado que la facturación del sector privado se ha reducido casi 290.000 millones de euros. Entre los servicios no financieros de mercado, el desplome alcanza un abultado porcentaje del 22,2%.
Según la CEOE, "los sectores vinculados al turismo son los que han tenido una mayor pérdida de facturación en términos relativos. Sobresalen las agencias de viajes, con un retroceso del 75% en su cifra de negocios, seguido de los alojamientos (-68%) y el transporte aéreo (-60,1%) que, entre los tres, suman la cifra de pérdidas de 45.600 millones de euros. Otros sectores asociados, como los servicios de comidas y bebidas, experimentan también un retroceso de facturación que se supera los 23.000 millones de euros".
También el comercio lidia con un "significativo descenso de su facturación, motivado por las restricciones horarias, el periodo de confinamiento y la pérdida de ingresos de las familias. El comercio en su conjunto se anotó una pérdida de facturación de casi 92.000 millones de euros durante el año 2020", explica CEOE.
Por otro lado, cabe señalar también que estas caídas de facturación han originado el cierre de muchas empresas hasta este momento. Así, el número de empresas inscritas en la Seguridad Social descendió de forma acusada entre febrero y abril de 2020, en más de 90.000 empresas, durante los peores momentos de la pandemia. Además, aunque el tejido empresarial empezó a recuperarse posteriormente, no alcanzó los niveles previos de la crisis y en los primeros meses de 2021 ha vuelto a registrar un descenso. El pasado febrero, las empresas inscritas en la Seguridad Social eran casi 50.000 menos que en el mismo mes de 2020, lo que supone una caída del 3,6%".
En total, la patronal calcula que la facturación perdida por las empresas españolas en 2020 asciende a 287.000 millones de euros.
Ayudas exiguas
España es el país de la Eurozona que menos ayudas directas dedicó a sus empresas durante el año 2020. Según el Banco Central Europeo, el gobierno de Pedro Sánchez apenas inyectó el 1,3% de su PIB al tejido productivo nacional, lo que supone unos 15.000 millones de euros.
El ministerio de Economía ha insistido en que estos cálculos del BCE no incluyen el monto reservado para financiar los ERTE pero, incluso incorporando esos 30.000 millones, hablamos de un apoyo exiguo. Así, aunque el think tank Bruegel toma en consideración el desembolso asociado a los ERTE y también suma las prestaciones por cese de actividad de los autónomos, hablamos de ayudas por 50.000 millones frente a las pérdidas de 287.000 millones que documenta el informe de CEOE
Dicho de otro modo: las ayudas del gobierno solo cubren 1 de cada 6 euros perdidos por las empresas, puesto que el grueso de las medidas anunciadas no han consistido en inyecciones directas de capital que compensen a las empresas por las pérdidas que provocan las restricciones, sino en avales o vehículos de refinanciación que solo contribuyen a aligerar la creciente deuda empresarial provocada por la actual situación.