"Quiero que sean los madrileños los que elijan entre el socialismo o la libertad". Con esta frase tan elocuente y representativa de lo que ha sido su mandato, Isabel Díaz Ayuso remataba su discurso de anuncio de disolución de la Asamblea y la convocatoria de elecciones anticipadas para el 4 de mayo.
El gobierno de Ayuso, con Javier Fernández Lasquetty en la consejería de Hacienda, se ha caracterizado por profundizar en una de las señas de identidad de los últimos gobiernos madrielños: la política de impuestos bajos y libertad económica.
Una deriva que, desde 2004 ha permitido a los madrileños ahorrarse más de 53.000 millones de euros en impuestos, convirtiendo, además, a la región en la que más aporta al Fondo de Garantía de Servicios Públicos, es decir, al fondo de solidaridad interterritorial.
Los gobiernos liberales de Madrid han demostrado que las políticas de impuestos bajos permiten más actividad, atracción de inversiones, crecimiento del empleo y también un aumento importante de la recaudación. Justo el efecto contrario al que producen las políticas de impuestos altos.
La amenaza de una cascada de mociones de censura sobre el Gobierno de Ayuso tras el pacto de Ciudadanos y el PSOE en Murcia, ha provocado la reacción de Ayuso que trata de evitar la llegada del socialismo a la Comunidad de Madrid con esta convocatoria electoral y lograr, si consigue la confianza mayoritaria de los madrileños, completar su agenda de menos impuestos y más libertad en la Comunidad de Madrid.
De haber prosperado alguna de las mociones de censura que, según cuentan hoy algunos diarios de tirada nacional ya se urdían el miércoles a primera hora en la sede de Más Madrid, o la que presentó este partido, o el PSO, horas después de la convocatoria electoral de Ayuso para tratar de frenarla, se hubiera cortado en seco con estas políticas liberales acabando con los millones de euros de ahorro anual de los que gozan los madrileños.
Rebaja del IRPF
En el itinerario popular de bajadas de impuestos todavía está pendiente de ejecución la implantación de una nueva rebaja de IRPF de 0,5 puntos en la región, lo que dejaría los procentajes en el 8,5%, 10,7%, 12,8%, 17,4% y 20,5%. Sólo esta medida supondría un ahorro anual de 300 millones de euros, o lo que es igual, 90 euros por contribuyente al año.
Un coste de 2.000 euros por contribuyente
Esa rebaja es la que queda por ejecutar, pero las que se han ejecutado hasta ahora suman un total de 4.150 millones de euros hasta final de legislatura, unos 1.600 euros al año que ya ahorran los 3,3 millones de contribuyentes madrileños con las bonificaciones de impuestos como Patrimonio, Sucesiones, Donaciones, o las sucesivas rebajas en el IRPF, o la eliminación del recargo autonómico del Impuesto de Actividades Económicas. Sin embargo, si la izquierda cumple su amenaza de armonización fiscal, no sólo se produciría un efecto de eliminación de la rebaja impositiva sino de subida de impuestos que elevaría el coste por madrileño hasta los 2.000 euros anuales, según los cálculos que manejaba el equipo de Javier Fernández Lasquetty.
En octubre de 2019, Díaz Ayuso anunció su ambicioso plan con deducciones para el cuidado de mayores, para la compra de vivienda a menores de 30 años, la devolución de los gasotos por intereses de los préstamos para estudios de grado, máster o doctorado.
Toda una agenda de liberalización fiscal, apoyo al emprendimiento e impuestos bajos con la que la izquierda que ambiciona el trono de Madrid terminaría según llegara a la Real Casa de Correos en la madrileña puerta del Sol.