El sector energético, la ciencia económica, las matemáticas y la crónica rosa no siempre ofrecen oportunidades de converger en análisis interesantes, pero la saga Pantoja lo ha logrado. Libre Mercado ha analizado las ofertas que Kiko Rivera dice haber recibido por su parte de la finca familiar, Cantora, para determinar si tienen o no sentido económico.
Según aseguró el hijo de la tonadillera en el programa de Ana Rosa Quintana, había un inversor murciano interesado en comparar la totalidad de la finca o sólo la mitad, la parte de Kiko, para "plantar" paneles fotovoltaicos.
Las informaciones más extendidas hablan de que su madre, Isabel Pantoja habría querido vender la finca entera (incluida la parte de Kiko) entre los 4,5 millones de euros y los 7 millones. Cifra, esta última, que habría sido una oferta sobre la mesa de la Pantoja.
Por su parte, Kiko Rivera también dice haber recibido ofertas por su parte, el 47,60%, que estaría sopesando, aunque insiste en que no le importa venderlo "un poco más barato" para venderlo antes.
Quizá uno de los puntos más llamativos de esta incipiente operación es el objetivo que tendría el empresario interesado en comprar la finca: "La quiere para convertirla en un campo solar". Pero ¿hasta qué punto tiene sentido esta operación? Analicemos por encima los números.
Si tenemos en cuenta que la finca cuenta con 370 hectáreas de monte, dehesa y cultivo de secano; que se encuentra entre las localidades gaditanas de Medina Sidonia y Vejer, en la ruta del toro; y que, además, tiene 2.000 metros construidos sobre los que se dispone el camino de entrada una vez que se atraviesa el cartel que le da nombre, tratemos de desentrañar hasta qué punto el precio de venta justifica la inversión solar.
¿Cuáles son los números de un campo solar?
Libre Mercado se ha puesto en contacto con analistas del sector de las renovables de contrastado prestigio internacional para tratar de desentrañar la rentabilidad potencial que Cantora podría sacar de la energía del sol con paneles fotovoltaicos. La primera apreciación de este experto promete: "A día de hoy sale más rentable plantar paneles solares que cualquier otra cosa", señala.
Dado que la finca tiene parte de monte, calculemos la rentabilidad que podría ofrecer una plantación solar sólo en la mitad de la finca, es decir, en 185 hectáreas.
Según este especialista, el coste de instalación de un parque fotovoltaico está en el entorno de los 380.000 euros por megavatio instalado. Si la media está en 1 megavatio cada dos hectáreas, el inversor murciano que quiere comprar cantora podría instalar 92,5 megavatios en la mitad de la finca de Cantora. Esto significa que, al precio de la finca, hay que sumar 35,15 millones de euros.
Los cálculos que maneja este experto es que, dependiendo de la oscilación de los precios de la energía, actualmente se puede estimar que esos 92,5 megavatios instalados pueden ofrecer unos ingresos de aproximadamente 5,4 millones de euros cada año, lo que, quitando impuestos y costes de explotación, quedaría cerca de los 4 millones de euros.
Con estos números tanto si la totalidad de la finca se vende 4,5 , 5 o 7 millones de euros, como si la mitad de la finca se vende "por debajo de valor de mercado", como insinuaba el propio Kiko Rivera, da la sensación de que los números salen, ya que en el entorno de los 10 años se podría producir el famoso "break eaven", es decir, se habría amortizado la inversión y entraríamos en beneficio neto. Teniendo en cuenta que la mayoría de las explotaciones fotovoltaicas tienen una vida útil en el entorno de los 25 años, estaríamos hablando de una muy buena rentabilidad.
Evidentemente, en este análisis faltan datos como los que solicitaban los compradores, como la deuda viva de la finca, si todavía tiene hipoteca o si, para poner en marcha esta operación, es necesario financiación y deuda, con lo que las amortizaciones cambiarían. Pero, sobre el papel, se antoja una buena inversión.
Habrá que ver si finalmente venden la totalidad o parte de la finca, o deciden seguir utilizándola como arma arrojadiza en la encarnizada guerra que mantienen bajo los focos de los medios especializados en asuntos de corazón.