El sector de la automoción ha comenzado el 2021 con muy mal pie. Las matriculaciones de vehículos se hundieron en los dos primeros meses del año, con una caída de las ventas a doble dígito. En concreto, las matriculaciones de turismos y todoterrenos repitieron en febrero un batacazo muy similar al de enero, con un descenso de las ventas del 38,4%, hasta las 58.279 unidades comercializadas. El acumulado del año (enero y febrero) registró una caída del 44,6% respecto al mismo periodo del año anterior, hasta las 100.242 unidades.
Este desplome tiene un especial impacto en el canal de particulares, que registran por primera vez desde 1996 (el primer año con información digitalizada) menos ventas que el canal de empresas pese a ser un mercado de menos tamaño. En concreto, en febrero se comercializaron 23.154 coches para particulares (43,8% menos) y 26.111 unidades (18,7% menos) para empresas. En la siguiente tabla pueden verse los datos publicados ayer lunes por las patronales de fabricantes (Anfac), concesionarios (Faconauto) y distribución (Ganvam).
En febrero los más vendidos fueron los vehículos de gasolina, aunque los únicos que aumentaron las matriculaciones fueron los de la categoría de eléctricos-híbridos.
En plena tercera ola de la pandemia y con la economía española sufriendo la peor crisis del periodo de paz, no podría haber peor panorama para la automoción. La confianza de los consumidores bajo mínimos y el parón de la movilidad tampoco ayudan a empujar a las familias a comprarse un coche nuevo.
Ahora bien, si a todos los factores anteriores le sumamos las dos subidas de impuestos que ha puesto en marcha el Gobierno a principios de año, tenemos la explicación completa a tan catastrófico resultado. Intentar esquilmar el bolsillo de los conductores en un momento como el actual es completamente inoportuno.
Seguro del coche
La primera estocada fiscal es la de la subida a las primas de seguros. Este impuesto es uno de los tributos más importantes del sector asegurador. Se trata de un impuesto indirecto que se cobra cuando se realiza el pago de la prima de seguro o los pagos fraccionados. Antes se gravaba con un 6% y el Gobierno lo ha elevado hasta el 8% desde enero. Con esta medida, Sánchez e Iglesias prevén engordar las arcas del Estado en 455 millones. La subida afecta a los seguros más habituales de los contribuyentes, como es el del coche, pero también el de decesos o el de la vivienda. También hay excepciones, como los seguros de salud o los de vida, a los que no se les impone. Las clases medias-bajas serán las más perjudicadas.
En el caso de los vehículos, existe la particularidad de que para todos los conductores es obligatorio asegurar el coche, aunque sea a todo riesgo. A finales de 2020, el número de vehículos asegurados en España se situó en 32.020.351 unidades —entre coches, furgonetas, motos o camiones—, según los datos del Fichero Informativo de Vehículos Asegurados (FIVA) que recoge la patronal del seguro Unespa. Esto significa que el Gobierno le ha subido los impuestos a las pólizas del seguro de 32 millones de vehículos, independientemente de la renta de sus conductores. Dependiendo de la estrategia comercial de cada aseguradora, puede que algunas compañías no lo repercutan a sus clientes. Otras, seguro que sí.
Impuesto de Matriculación
El segundo golpe es el Impuesto de Matriculación, que cada contribuyente paga por la compra de un coche nuevo. El 1 de enero entró en vigor la nueva normativa europea de emisiones WLTP, que modifica los parámetros de medición de gases de los vehículos haciéndolos más estrictos, lo que encarece de inmediato el Impuesto de Matriculación y por ende, el precio de los vehículos en España, ya que este tributo está ligado directamente a las emisiones de dióxido de carbono de los automóviles.
Según explican fuentes de la patronal de concesionarios (Faconauto) a Libre Mercado, ahora, los coches se han encarecido de media "entre 800 y 1.000 euros". Si antes de la entrada en vigor "solo pagaba Impuesto de Matriculación el 20% de los vehículos" que se vendían en España, que eran los más contaminantes, "ahora, lo paga el 50%", por lo que el sablazo es notable.
Aunque el Gobierno de Sánchez e Iglesias no podría haber evitado la entrada en vigor de la normativa europea de emisiones WLTP, "sí podría haber modificado los tramos de las emisiones de CO2, como han hecho Italia, Francia o Portugal, para que no afectara a tantos coches", aseguran en el sector.
"Se agrava la tormenta perfecta sobre las matriculaciones de vehículos", lamentan los fabricantes. "El primer semestre del ejercicio se puede perder si no hay un cambio radical de la situación", avisan los concesionarios. "El mercado está en situación de extrema gravedad. Aplicando un símil automovilístico, estamos en reserva", denuncia la distribución. La automoción es uno de los sectores más importantes de España, con un peso de alrededor del 10% del PIB.