Bill Gates ha creado una nueva alianza entre empresas, medios de comunicación y multinacionales tecnológicas para "luchar contra la desinformación en Internet". Este nuevo Ministerio de la Verdad Mundial está impulsado por Microsoft, compañía del multimillonario, y pretende ir más allá de la censura que están imponiendo las Big Tech a los medios y voces independientes. Funcionará a nivel internacional y parece que pocos podrán escapar al escrutinio y vigilancia de la Coalición para la Procedencia y la Autenticidad del Contenido (C2PA), un comité liderado por la empresa del norteamericano.
En base al acuerdo que Microsoft publicó el 22 de febrero de este 2021, algunos de los fundadores de esta gran coalición de "certificadores de la veracidad" lo conforman, por ahora, The New York Times, la cadena BBC, multinacionales como Adobe, la compañía de software ARM, Intel y los creadores de Truepic, una aplicación que permite verificar imágenes para asegurar que nadie las ha alterado.
La tecnológica de Gates ha cargado de buenas intenciones su proyecto y asegura que tan solo se trata de preservar "la integridad del contenido", y que los verificadores puedan comprobar que "la información original no haya sido manipulada por el camino". Sin embargo, leyendo a fondo los documentos relacionados con la Coalición para la Procedencia y la Autenticidad del Contenido, este comité de vigilancia de Microsoft vendría también a reforzar la red internacional de agencias de Fact-Checking o "verificadoras de contenido", todas ellas de corte izquierdista y financiadas en su mayoría por el llamado GAFTA (Google, Amazon, Facebook, Apple, Twitter).
En este sentido, Microsoft implementará algoritmos y softwares que permitan identificar qué tipo de contenidos —ya sea texto, imagen, vídeo o documento— fue creado por un medio generalista como The New York Times o bien por un medio digital alternativo o un usuario. En el caso de que la noticia provenga de un medio que desafíe y cuestione la información publicada por The New York Times, inmediatamente, será catalogada como Fake News. Para ello, el susodicho medio americano también podrá dictar sentencia sobre otro medio digital que se haya eco de su noticia y "la altere". Por "alterar" Microsoft entiende que se "le ha robado la autoría" y que "está modificada o manipulada". Por tanto, los algoritmos trabajarán para "desechar" de Internet esa noticia considerándola como "engañosa". Es el punto más controvertido, ya que cualquier medio que contraste un reportaje del New York Times, y ofrezca otra versión que contradiga sus fuentes, puede arriesgarse al destierro digital impuesto por la gran Coalición de Microsoft y sus socios.
Otra de las novedades de la C2PA de Bill Gates es rastrear la trayectoria del "falso" contenido incluso cuando haya sido lanzado por un usuario anónimo. De este modo, el multimillonario ofrecerá a las Big Tech un software que permita seguir la pista de la información que su Coalición cree "engañosa", ya sea un artículo en un blog, un vídeo en una plataforma, un párrafo en una red social o un meme. En cualquier caso, se identificará tanto al autor como a los que han consumido esa noticia falsa.
Sobre ello, el comunicado de Microsoft explica que la investigación perseguirá "desde el dispositivo de captura hasta al consumidor de información". Por esta razón, "la colaboración con fabricantes de chips, organizaciones de noticias y empresas de software y plataformas es fundamental para facilitar un estándar de procedencia integral e impulsar una amplia adopción en todo el contenido del ecosistema", indica la tecnológica de Gates.
Según algunos analistas americanos, el gran interés en buscar el origen de la información reside en que este Tribunal de la Verdad podrá descalificar y desacreditar al autor, medio o fuente, haciendo que sus nuevas informaciones no sean visibles. Una forma de censura que sería parecida a la que ya aplica Jack Dorsey, el fundador de Twitter, en su red social.
La gran Coalición contará con el apoyo de Project Origin. Otra de las organizaciones de Microsoft que ya está diseñando estándares y tecnologías que certifican la fuente y procedencia del contenido online. "Este es un importante paso adelante para abordar las crecientes preocupaciones con la manipulación y fabricación de noticias e información", se puede leer en su página web.
"Existe una necesidad crítica de abordar el engaño generalizado en el contenido online, ahora potenciado por los avances en inteligencia artificial y gráficos y difundido rápidamente a través de Internet. Nuestro imperativo como investigadores y tecnólogos es crear y perfeccionar los enfoques técnicos y sociotécnicos para este gran desafío de nuestro tiempo. Estamos entusiasmados con los métodos para certificar el origen y la procedencia del contenido online", manifiesta Eric Horvitz, director científico y patrocinador ejecutivo de Project Origin de Microsoft. (Sobre esta afirmación es lógico preguntarse, ¿quién verifica a los verificadores?).
"Asegurar la procedencia es complejo y requiere la participación de múltiples organizaciones. Para abordar esto, una coalición de la BBC, CBC, Radio-Canada, The New York Times y Microsoft está liderando este esfuerzo inicial", transmiten en la web.
Igualmente, la compañía Truepic se pronuncia en el acuerdo de Microsoft y advierte de que el trabajo de vigilar la autoría de los contenidos "es crucial para la salud a largo plazo de Internet". De este modo, la tecnológica considera que es un paso vital para "restaurar el sentido de realidad compartido por la sociedad". (El sentido de la realidad que imponen los verificadores, claro).
Por último, Microsoft admite que son conscientes de que "las plataformas sociales ya tienen sus propios mecanismos para evaluar y lidiar con la desinformación". Sin embargo, destacan que el gran adelanto de su alianza medios-tecnológicas es que las informaciones se podrán "verificar" en el momento de ser publicadas. Así se "velará sobre la integridad de contenido", y las plataformas y medios podrán actuar en consecuencia "marcándolas o eliminándolas según corresponda". De esta forma, las tecnológicas han prometido elevar este 2021 el control de las informaciones en la red, pues, parece ser, que todavía hay contenido que, por suerte, no cae en las fauces de sus algoritmos.