Abengoa ha solicitado la declaración de concurso voluntario de acreedores debido a que no ha logrado que los acreedores financieros otorguen los consentimientos para extender de nuevo el plazo para el cierre y ejecución del acuerdo de reestructuración.
Así lo ha notificado la firma sevillana en un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), donde ha afirmado que la decisión es "la más adecuada para salvaguardar los intereses de la sociedad y de todos los acreedores".
Hasta el pasado 19 de febrero, se ha ido extendido el plazo de cierre de la operación al haberse obtenido en cada posible vencimiento los consentimientos necesarios al efecto, a la vez que la firma ha trabajado, en todo momento y en paralelo, en la búsqueda de posibles alternativas ante la no aportación de 20 millones de euros por la Junta de Andalucía.
El consejo de administración de la empresa ha señalado que cada vez existen "mayores dificultades para alcanzar una solución que satisfaga a todos los grupos de interés con posiciones, hasta ahora, enfrentadas".
En este sentido, ha subrayado su compromiso de "buscar alternativas" que eviten la inviabilidad de las sociedades filiales que desarrollan la actividad del grupo y, con ello, preservar el empleo y tratar de minimizar la pérdida de valor.
Para dicho objetivo, Abengoa ha solicitado "a todos aquellos que tienen interés en la sociedad y su grupo la máxima colaboración para tratar de evitar perjuicios definitivos".
El consejo de administración de la compañía informó este mismo lunes que se iba a reunir de forma inmediata al no haberse obtenido un nuevo consentimiento para la extensión del plazo, el acuerdo de reestructuración ha quedado automáticamente resuelto, de modo que la operación de financiación no puede ser ya ejecutada.
Abengoa ya se vio en 2015 al borde la quiebra y anunció un preconcurso de acreedores, que de haber pasado a concurso le habría llevado a protagonizar la mayor quiebra en la historia de España, con 9.000 millones de deuda bruta financiera y deudas a proveedores superiores a 5.000 millones.
La antigua Abengoa facturaba anualmente unos 7.000 millones y empleaba a 32.000 personas, pero tras vender activos, reducir estructura y volver a centrarse en el negocio de construcción e ingeniería, mueve 1.500 millones y cuenta con unos 14.000 trabajadores.