Naturgy es la empresa que está en boca de todos en estos últimos días, merced al anuncio del fondo australiano IFM (eminentemente un fondo de infraestructuras controlado por fondos de pensiones) de hacerse con algo más del 22% del capital de la gasista española.
Y si está en boca de todos es porque la operación está en el aire. Por un lado, todavía se desconoce si el fondo australiano sería capaz, por si sólo, de convencer a ese 22,69% del accionariado de Naturgy (parece que dos de los principales accionistas de Naturgy, CVC y GIP no tienen previsto acudir a esta oferta, aunque no descartan vender si llega una contraopa). Por otro, si el Gobierno, que se dotó de una acción de oro durante la pandemia para garantizar la nacionalidad de las empresas estratégicas, permitirá que la operación siga adelante.
En juego, hay mucho más que la propiedad de ese 22,69% de Naturgy. Algunas fuentes insisten en que la gasista controlada por Reynés es estratégica para el Gobierno y el proyecto económico que quiere desplegar al calor de los fondos europeos. Otras fuentes apuntan a que la parte de Podemos en el Gobierno apuesta no sólo por frenar la operación, sino por volver al pasado con una gran energética pública. La parte considerada más ortodoxa del Gobierno, el departamento de Nadia Calviño, teme perder el control de la red de gas o que suceda algo parecido de lo que pasó con Endesa.
En el plano meramente empresarial queda por saber la posición del socio prioritario del presidente de la compañía Francisco Reynés en Naturgy, La Caixa y Fainé, que de momento, no se ha pronunciado.
Y todo esto cuando ni siquiera se ha presentado la oferta y el folleto en la CNMV, que se podría producir antes del día 10, ya que IFM se comprometió a presentarla en los 15 primeros días tras el anuncio.
En caso de que el Gobierno termine por no hacer uso de su acción de oro, la oferta tendrá que pasar por los filtros de los reguladores. Y sólo entonces, tendrán la palabra los accionistas.
Intrahistoria de Naturgy
Fuentes del mercado señalan a Libre Mercado que quizá uno de los principales problemas que presenta esta empresa es que "llegó tarde" a la carrera por la "green energy" y tampoco supo despiezar a tiempo la compañía para maximizar el retorno a sus accionistas. Es más, hace pocos años el mercado esperaba o confiaba en que Reynés llevara a cabo una reestructuración de la compañía y la vendiera por partes para maximizar el pago a los propietarios (accionistas). Tanto es así que en verano de 2018 sus accionistas CVC y GIP confiaban en la venta del negocio de comercialización gas por 5.000 millones que finalmente no se produjo.
No lo hizo y recientemente la compañía ha cambiado de estrategia y ha aumentado la inversión para descarbonizar Naturgy, con el inconveniente de arrancar esta carrera en última posición respecto a sus competidores naturales. Es decir, el mercado ya confiaba más en otras grandes energéticas que llevaban tiempo en esta estrategia.
Especialistas en el mercado energético lo explicaban así a Libre Mercado: "Las compañías que tienen renovables y ofrecen crecimiento han subido mucho en bolsa. Las que tienen gas han ido bajando porque el mercado ahora valora más que presentes un crecimiento sostenible que un dividendo alto". Y advertía de que "antes las eléctricas no crecían, pero ahora crecen porque es necesario reconvertir la flota de generación de gas a renovables. Y a esto hay que añadir el proceso de electrificación de la sociedad: coches, calefacciones, etc, lo que les dota de potencial de crecimiento", señalaba. Finalmente concluía: "Naturgy, a esa carrera, ha llegado tarde".
De momento y con esta deriva, CVC y GIP no quieren vender, porque prefieren mantener la estrategia de dividendos. Falta por saber qué hará La Caixa. La parte positiva para la dirección es que, de momento, Reynés cuenta con la confianza de La Caixa, CVC y GIP.
Las fechas de la operación
Fuentes cercanas a la operación recuerdan a Libre Mercado que, de momento, lo único que hay es un anuncio, una declaración de intenciones, y que IFM tiene la intención de no agotar el mes que tiene desde el anuncio hasta la presentación del folleto y tiene previsto hacer esa comunicación a la CNMV antes del 10 de febrero. Básicamente, la presentación del folleto y los anexos.
Desde entonces, la CNMV comienza a estudiar la operación para pronunciarse, aunque es de esperar que el regulador no diga nada hasta que el Gobierno haga pública su decisión de vetar o no la operación.
Desde fuentes cercanas a IFM señalan que el fondo australiano considera muy importante "que el Gobierno se tome el tiempo que se tenga que tomar" porque respetan mucho el cumplimiento de los plazos y su intención es "invertir a décadas vista" ya que comparten el objetivo de llegar a las cero emisiones en 2050. "Tienen mucho interés en la transición energética", dicen a LM.
Por último, una pista más: La Caixa y Reynés son parte del interés por el que invierten en Naturgy.