Si alguien se acerca a estas líneas creyendo encontrar el argumentario al uso contra la especulación y el capitalismo, se equivoca. Quien suscribe este texto es un ferviente defensor de la especulación, principal nutriente de todo progreso como nos enseña la historia y nos recuerda el maestro Kostolany, y también de las libertades económicas, preámbulo y escudo de las civiles. Además, normalmente estoy más preocupado por los abusos, excesos y perturbaciones que crea la Administración pública, que por eso que llaman disfunciones o externalidades negativas del mercado, que la inmensa mayoría de las veces no son más que una consecuencia de la actuación o inacción del propio poder público.
Lo sucedido con las cotizadas GameStop o Naked Brand Group, entre otras, es ya más o menos conocido. Si han acudido a fuentes de información estadounidenses lo habrán entendido seguramente mejor que si lo han hecho por fuentes europeas, que según he visto, no han dudado en presentar esto como una especie de sublevación contra el capitalismo y Wall Street. Main Street Vs Wall Street, he llegado a leer por ahí. Lo cierto es que la “alegre muchachada” de las plataformas Reddit o Robinhood, ayer héroe y hoy villano como ahora comentaré, es tan capitalista, o más, que quienes frecuentan y se sientan en los despachos más selectos de Manhattan. La única diferencia es que los primeros no tienen gran dimensión ni financian al poder político, ni tienen tampoco relaciones con él. Son seres libres, algunos millonarios, por supuesto, que colaboran espontáneamente entre ellos, lo cual no está prohibido ni supone violación legal alguna por mucho que nuestra CNMV haya salido por ahí, sin venir a cuento, afirmando que conductas como las sucedidas (¿) pueden suponer, ni más ni menos que delitos. Nuestra CNMV es incapaz de solucionar las fechorías del mercado español y se preocupa por lo que sucede el norteamericano, que dicho sea de paso, ignora por completo.
El caso es que como consecuencia de lo acontecido con GameStop, insisto, y otras acciones fuertemente presionadas por posiciones cortas, la Casa Blanca emitió una nota en la que decía que iban a monitorizar lo que estaba sucediendo con algunas cotizaciones. Miles de inversores estaban, en efecto, empujando con sus compras la cotización de títulos en los que reconocidos fondos de inversión tenían importantes posiciones cortas contra esos valores y la comunicación de la Casa Blanca desinfló las cotizaciones a media sesión de ayer porque los inversores esperaban algún movimiento extraño contra lo que estaba sucediendo.
Seguidamente, la CEO de Nasdaq, ni más ni menos que la CEO del Nasdaq, manifestó que se estaban planteando suspender las cotizaciones de esos títulos para que los inversores con posiciones cortas pudieran redimensionar sus posiciones, es decir, básicamente darles la oportunidad a los fondos de inversión bajistas de precautelarse y evitar la normal operativa en estas circunstancias. El efecto fue inmediato. La virulencia de las subidas se disipó y muchos de los títulos señalados acabaron planos e incluso en pérdida. Esta mañana, en cambio, la estrategia de estrangulamiento de los inversores cortos retomaba cierta vitalidad y ya en el pre-market se aventuraba una fiesta alcista que dejaría a los grandes fondos bajistas a los pies de los caballos, pues esas subidas les obligarían a recomprar títulos prestados en corto y algunos de ellos podrían acabar literalmente arruinados. Siempre recuerdo el episodio Porsche-Volkswagen de 2008, uno de los grandes short-squeeze, para ilustrar sobre las consecuencias de estas situaciones, que en verdad no tienen nada anómalo. Uno mantiene su posición mientras cree que esta puede darle beneficio y la deshace cuando se da por satisfecho con la ganancia o ya no puede soportar más la pérdida: la ambición y el miedo.
Todo eso sucedió el pasado miércoles. El jueves, el regulador Nasdaq ha decidido nada más iniciarse las cotizaciones, a las 15:30, suspender continuadamente la fluctuación de esos títulos por volatilidad. Cuando digo volatilidad me refiero a que estaban subiendo por encima del 100%, lo cual, como hemos dicho, dejaba a los fondos bajistas a los pies de los caballos. El regulador ha estado dinamitando la subida meteórica de títulos como SNDL, GME o NAKD. Y por muy increíble que esto parezca, minutos después empezaron a sucederse comunicados de los brókeres e intermediarios financieros, incluida la plataforma Robinhood (qué no le habrán presionado u ofrecido), en los que manifestaban que dejaban de ofrecer la posibilidad de operar con esas acciones. Las redes sociales se llenaban acto seguido de mensajes de que gente anónima que deseaba comprar títulos, pero no podían, es decir, regulador, intermediarios y Nasdaq, impulsados por la propia Casa Blanca, habían decidido básicamente que sólo se podría vender títulos y hacerlo en condiciones de manifiesta manipulación por eliminación sobrevenida y premeditada de operadores en el mercado. Los títulos comenzaron a hundirse desde las 15:45 con velocidad pasmosa, para satisfacción y jolgorio de los grandes fondos que tenían posiciones cortas, que ya no se veían obligados a recomprar a precios astronómicos.
Lo acontecido, y lo que sigue sucediendo mientras termino este artículo es gravísimo, en la misma línea de lo ocurrido con la libertad de expresión en plataformas digitales hace escasamente unos días. Justificado, silenciado y ya olvidado, porque afectaba a un tipo rabioso y odioso como es Trump. Lo del jueves fue la mayor manipulación bursátil de la historia. Cometida, no por los usuarios o insiders, sino por el propio sistema, articulado en torno a la Casa Blanca, la Security Exchange Commission, los intermediarios financieros y el propio Nasdaq.