La pesadilla de Pilar Damián comenzó justo después del desconfinamiento a finales del pasado marzo de 2020. Esta sanitaria residente en Tarragona quiso vender su casa heredada en el municipio de Vic (Barcelona) . Pero cuál fue su sorpresa y consternación cuando el agente inmobiliario y sus hermanos en el pueblo la avisaron de que alguien había entrado a su casa. La cerradura estaba forzada y en el interior del inmueble había varias maletas de un extraño.
En ese momento, el okupa entró y llamó enseguida a la policía al encontrarse a los hermanos de la propietaria y al agente inmobiliarios perplejos por lo que estaba sucediendo. Al personarse los Mozos de Escuadra echaron de inmediato a los hermanos de Pilar y al agente inmobiliario y les instaron a que pusieran una denuncia "si no querían meterse en problemas". El okupa se instaló tranquilamente con su familia, mientras la policía expulsaba a los familiares de Pilar, quienes no daban crédito a lo que estaban viviendo.
A partir de ahí, el calvario sufrido por Pilar la ha llevado a tener que medicarse por la ansiedad que padecía. "Ya no sé si volveré a ser la misma después de esto. Es increíble que esto pueda estar pasando. El okupa se llegó a instalar fibra óptica. Vinieron con una furgoneta con todos sus enseres y descargaron sus cosas a la vista de todos, tan tranquilamente. No me dejaron coger mis cosas que estaban dentro. Yo había preparado esa casa porque pensé que la plaza de sanitaria iba a salirme en Vic, pero como no fue así, la puse en venta y fíjate lo que me ha pasado…", cuenta compungida la propietaria a Libre Mercado.
Según narra Pilar, se trataba de seis miembros de una familia de origen marroquí, dos adolescentes, dos menores y los padres. "Por lo que he investigado y puedo asegurar, todos están percibiendo ayudas y subsidios y ninguno de los adultos trabaja desde hace años, A ellos les cae 1.250 euros al mes. Los dos hijos están además en escuela concertada. Y por si no fuera suficiente, el Gobierno que tenemos les permite tener una casa gratis a mi costa", lamenta la sanitaria.
Pilar intentó en más de una ocasión hablar con los okupas de buenas formas para recuperar su casa. Fue en vano. En una de las veces, la afectada llegó con un equipo de periodistas, pero los okupas llamaron nuevamente a la policía, que se presentó de inmediato para reprender a Pilar y a echarla de la entrada de su vivienda, según captaron las imágenes del cámara de televisión que la acompañó.
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— Fuera Okupas de las casas (@OkupasOut) January 20, 2021
Todos los suministros estaban a nombre de la propietaria y la deuda actual asciende a 2.000 euros. A sus 62 años, a esta víctima de ocupación ya le quedaba poco para jubilarse. Su casa era su seguridad, "su plan de pensiones", como ella misma dice. "Me han destrozado la vida. Se han cargado mi vida... y mi jubilación. Me han quitado mi futuro, me han dejado sin…(resopla). A la sanitaria le cuesta hablar de ello. "Han sido 8 meses terroríficos", continúa. "Ver cómo la misma policía te echa de hogar...era la casa de mis padres", lamenta la propietaria.
A Pilar no le quedó otra que llamar a la empresa Desokupa, de Daniel Esteve. Hasta ocho veces tuvieron que ir los empleados de Esteve, les resultó imposible desalojar a los okupas. Estaban atrincherados. "Vivían encerrados en casa. Solo salía el menor a sacar la basura y el adolescente era muy descarado y violento, solo buscaba la confrontación cuando salía a hacer los recados. Desokupa me puso uno de sus abogados y consiguió que el juez dictara medidas cautelares", explica Pilar.
La cruel venganza
Después de ocho meses terroríficos, a la sanitaria todavía le aguardaba lo peor. La cruel venganza de los okupas. "Cuando pude entrar en la vivienda con la policía, los okupas se habían ido, pero mi casa estaba para demolerla. Todos entramos y salimos mudos de allí al ver lo que habían hecho", cuenta la barcelonesa.
"Es desolador. Se han llevado todo, los muebles nuevos de madera maciza, los electrodomésticos... Esta todo destrozado. La casa está para tirarla por completo. Echaron sustancias fertilizantes por las paredes, o algo que no sabemos muy bien, pero el arreglo me sale por lo mismo que yo iba a venderla. El okupa dijo que la casa no sería para él, pero tampoco para mí. Se lo han cargado todo. Dani Esteve, de Desokupa, dijo que en 5.000 desahucios nunca había visto nada igual".
Ahora, Pilar se queda con una deuda de suministros de más de 2.000 euros y con su vivienda absolutamente inhabitable. "Ni el ayuntamiento, ni el Gobierno, nadie me ha ayudado, todos me han dado la espalda. Es inadmisible lo que está pasando en este país, no se puede tolerar. Es sufrimiento enorme el que nos hacen. Es un golpe tan bajo. Los españoles no tenemos herramientas para luchar por nuestra propiedad, por nuestra casa. Y esto que nadie piense que no le puede pasar, porque que te okupen la vivienda nos puede pasar a todos", concluye.