Mientras que el recibo de la luz ha subido en España un 27% y el Gobierno se niega a bajar el IVA del 21%, Portugal ha decidido abaratar todavía más el precio de la electricidad debido al mal tiempo y al nuevo confinamiento. La ola de frío ha provocado un aumento de los precios de la energía y esto, unido con las nuevas medidas para parar la expansión de la covid-19 en el país luso, han hecho al Gobierno de António Costa tomar una decisión: reducir un 10% el precio total de la factura eléctrica.
Esta reducción se aplicará sobre el consumo de la mayoría de los portugueses en los primeros 15 días de enero, que ha sido cuando se ha dado un repunte en el precio de la electricidad. La medida, anunciada por el Ministerio de Ambiente del país vecino, se trata de un apoyo a los comercializadores que aplicarán el recorte en la factura de forma directa. De esta manera, el Ejecutivo sufragará ese 10% de la factura a aquellas familias cuya potencia instalada sea inferior a 6,9 kVA, es decir a 5,2 millones de consumidores. No se trata de una reducción tributaria sino de financiar con gasto público ese gasto extra que tendrán que hacer frente los hogares portugueses.
Si bien esta medida se aplicará al 10% del consumo de 5,2 millones de consumidores durante los 15 primeros días de enero, habrá otras ayudas más prolongadas en el tiempo. Aquellos que disfruten de la llamada tarifa social, que en total son 800.000 personas, tendrán un descuento del 10% en la factura mientras que dure el confinamiento.
En el primer semestre de 2019, según los datos de Eurostat, el precio del kilovatio hora era de 0,24 en España y del 0,18 antes de impuestos. Mientras que, en Portugal, era del 0,11 antes de impuestos y del 0,21 como precio final. Sin embargo, aquí todavía no se contabilizó la reducción del IVA que el país luso aprobó en mayo de 2019. En aquel momento, el gabinete de coalición bajó del 23% al 6% el precio de la electricidad. Por tanto, la brecha entre ambos países se ha ampliado notablemente.